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12 • UN COLLAR AZUL TURQUESA |
Martes, 4 de septiembre de 2001 |
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El hombre que estaba tras el mostrador miraba hacia la calle distraídamente. Una niñita se acercó al negocio y apretó su naricita contra el vidrio de la vitrina. Sus ojos color cielo brillaron cuando vio un objeto particular. Entró en el negocio y pidió ver un collar azul turquesa. -Es para mi hermana. ¿puede envolvérmelo bien bonito? -dijo ella.El dueño del negocio miró desconfiado a la niñita y le preguntó: -¿Cuánto dinero tienes? Sin dudar, ella sacó de su bolsillo un pañuelo bien atadito y fue deshaciendo los nudos. Lo colocó sobre el mostrador y dijo feliz: -¿Es suficiente? Eran apenas unas cuantas monedas las que ella exhibía orgullosa. -¿Sabe?, quiero darle este regalo a mi hermana mayor. Desde que murió nuestra madre, ella cuida de nosotros y no tiene tiempo para sí. Es su cumpleaños y estoy segura de que quedará encantada con este collar del color de sus ojos. El hombre se fue a la trastienda, colocó el collar en un estuche, lo envolvió con un vistoso papel rojo e hizo un trabajado lazo con cinta verde. -Toma - dijo a la niña -llévalo con cuidado. Ella salió feliz corriendo y saltando calle abajo. Aún no acababa el día, cuando una linda joven de cabellos rubios y
maravillosos ojos azules entró en la tienda. Colocó sobre el mostrador el ya conocido
envoltorio deshecho e indagó: El verdadero regalo es darse por
entero, sin restricciones. La gratitud de quien ama no coloca límites a los gestos de
ternura. |
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Colaboración Cayo Mecenas |