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Lunes, 3 de septiembre de 2001 |
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Texto completo del debate coordinado por Jorge Halperín del que participaron Tomás Abraham, Miguel Bonasso, Adolfo Castelo, Carlos Gabetta y Jorge Sigal. Realizado el 27 de junio de 2001 en el Centro Cutural General San Martín. JORGE HALPERÍN: Nos toca ahora escuchar a Jorge Sigal. Jorge es jefe de redacción de 3 Puntos, es el máximo responsable periodístico de la revista. Fue editor de la sección Ideas del desaparecido diario Perfil, fue jefe de redacción de la revista Gente, y por último fue jefe de la edición dominical de Página/12. JORGE SIGAL: Bueno, efectivamente el tema es muy abarcativo. Yo coincido con un par de cosas que se dijeron acá y voy a tratar de sircunscribirme a mi experiencia que por supuesto no es teórica, no es de un especialista en medios de comunicación, es la de un periodista que trabaja desde hace quince años en los medios. Yo creo que efectivamente hay una sobreabundancia de información. Lo que decía Castelo yo lo sentía en carne propia y en alguna oportunidad, con estudiantes de periodismo, los invité a hacer una experiencia que les recomiendo. Que es agarrar todas las mañanas los diarios, porque ya no es solo un problema de televisión, de radio, de bombardeo permanente de información: es cuestión de agarrar los diarios. Y uno se va a encontrar con sorpresas. Salvo que haya un cataclismo, o renuncie un vicepresidente, cosa que puede pasar, la mayoría de los diarios titulan de manera diferente. La pregunta es ¿cuál es la información del día? Es un ejercicio fácil, y es muy difícil de responder. Para cada diario una realidad diferente, para cada diario lo que está pasando es distinto. Yo estoy plagado de dudas con respecto al rol de los periodistas, me encantaría tener certezas, pero tengo más dudas que certezas. La figura que más se aproximó a lo que hacemos nosotros, los periodistas, o a los que por lo menos tenemos algún nivel de responsabilidad en la edición periodística, es justamente editar lo que consideramos la realidad. Ustedes no sé si saben qué hace un editor; es el tipo que decide que noticia va, como va, cuál va primero, cual va segundo, qué título lleva, hace el sumario, pone la foto; eso es la edición. En realidad todos estamos editando la realidad según nuestras ideas. Y ahí entran a pesar factores que creo que sería deshonesto eludir, porque creo que nos involucran a todos, incluidos aquellos que hacemos un esfuerzo por la neutralidad o por la presunta neutralidad de la información. Todos editamos la realidad. Todos vemos la realidad de una manera diferente. Aun así, creo que la sobreabundancia de la información es más sana que la limitación de información. Y creo que la sobreabundancia y aun la anarquía de información, en la cantidad, es mejor que la regulación de la información. Y voy a dar algunos ejemplos de cómo no es tan fácil manejar la realidad --si es que existe esta realidad-- a piacere. Y los ejemplos son de nuestra vida cotidiana: no ha habido gobierno que cuente con más beneplácito de un medio durante tanto tiempo como este gobierno con el diario Clarín, el diario de mayor circulación de la Argentina, el diario que monopoliza buena parte de los medios de información de la Argentina. Sin embargo, a pesar de los títulos del diario Clarín, el gobierno no puede mejorar su imagen. La pregunta es ¿cómo esto es posible? A pesar del optimismo de Clarín, por ahí había un graffiti en Palermo que decía "Nos están meando y Clarín dice que llueve" . Cómo es posible que a pesar de esta realidad construida e influyente, la opinión pública no se vuelque a favor del gobierno y se debilite por ejemplo la imagen presidencial, a pesar de estos títulos como el que leía hoy Miguel. Esto genera una serie de preguntas que, yo creo, nosotros estamos obligados a hacernos porque involucra otros temas. Como si la mayoría de los periodistas y los generadores de opinión, sobre todo aquellos que -- presumimos-- son honestos y tienen independencia periodística, son en general democráticos, cómo es posible que el mensaje que más penetra en este momento sea el mensaje de Hadad y que a todos nos asuste el mensaje de Hadad. Porque sería muy fácil si Magdalena Ruíz Guiñazú piensa distinto que Hadad, si Mariano Grondona hoy piensa aparentemente diferente que Hadad, si el diario Clarín no titula como titula Hadad los noticieros. ¿Por qué el 64% aparentemente de la personas de esta sociedad está a favor de la mano dura? Creo son preguntas obligadas que nos tenemos que hacer. Nosotros los periodistas trabajamos con la realidad que tenemos y trabajamos con la realidad de acuerdo a lo que podemos. Acá se decía que para informar hoy tenemos que divertir. Yo diría, nosotros hemos conocido en el último tiempo, una cuestión que antes era ajena a un periodista: no sólo tenemos que entretener, nosotros tenemos que vender. La información es una mercancía y hay que venderla. Y esto corre para el diario Clarín, para el periodista del diario Clarín que va a buscar la primicia y que lo aprietan para que consiga la primicia o el movilero que va a buscar la información y que tiene que hacer esa sarta de preguntas que a veces uno se pregunta cómo puede ser que el pobre pibe tenga que ser sometido a semejante cosa. Pero él tiene que ir a buscar cosas vendedoras, generar tensión. Que el público lo siga y éste es un dilema que nosotros tenemos planteado y que no tenemos respuestas. Porque si no sería más fácil desde el punto de vista de aquellos que todavía consideramos que hay un espacio para pelear por cierta neutralidad. Que cuando yo hablo de neutrali ad es porque obviamente desconozco la objetividad, no existe la objetividad.. Por lo tanto, lo más honesto que puede hacer un periodista es tratar de preguntarse, neutralmente cuando va a la fuente de información, qué es lo que está pasando. Este al menos es el esfuerzo que nosotros hacemos, después vienen la interpretación que todos hacemos y que es legítimo hacer. Y que cada medio tiene que hacer y la gente en definitiva es la que selecciona, elige y, como decíamos al principio, por lo visto la selección no es tan automática. No es que hay un cerebro que planifica y la gente obedece. Sino insisto, pregúntenle al gobierno, que lleva puestos cinco voceros, tratando de explicar que el problema que tienen es un problema comunicacional. No tiene un problema comunicacional, tienen un problema con la realidad. Entonces lo sacan a Lopérfido, lo ponen Ostuni, lo sacan a Ostuni, lo ponen a Baylac, dejan a Baylac pero habla Gallo, habla Lombardo y se arma un enriedo bárbaro porque en realidad el problema que tiene lo tiene con los acontecimientos y no con la transmisión de la información. Me parece que son los temas para pensar y que nos plantean un gran desafío: que es cómo podemos contribuir desde lo que consideramos una prensa independiente, una prensa que lucha contra esta tremenda concentración de medios que hoy existe. Que va cavando trincheras entre medio de la concentración de medios.. Cómo hacer para aportar, no a la confusión general, sino a determinar lo que es importante de lo que no es importante. Con esa sola misión nosotros nos daríamos por satisfechos. Gracias JORGE HALPERÍN: La imagen más obvia al cabo de cinco tan buenas exposiciones es la de hablar de un prisma. Pero realmente me parece que nunca más aplicable que ahora para mostrar cuántas formas de abordar el tema de la mesa de hoy. Incluso una cosa que decía Jorge me suscitaba la cuestión de que entre los muchos condicionamientos que se mencionaron hoy acá también esto muestra cómo nosotros estamos operando en esta sociedad con esta cultura, no estamos ajenos a ella ni a todos sus problemas. Y uno no puede informar más allá de lo que también la sociedad quiere escuchar. Eso también es otro factor para tener en cuenta |
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Colaboración C. Becka |