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Miércoles, 29 de agosto de 2001 |
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Texto completo del debate coordinado por Jorge Halperín del que participaron Tomás Abraham, Miguel Bonasso, Adolfo Castelo, Carlos Gabetta y Jorge Sigal. Realizado el 27 de junio de 2001 en el Centro Cutural General San Martín. JORGE HALPERÍN: Vamos a seguir con Miguel Bonasso. Recuerden: su "Diario de un clandestino", contando episodios de su experiencia con los Montoneros ha sido una de las columnas más leídas de 3 Puntos y como libro, un verdadero éxito editorial. Bonasso, que es un maestro del periodismo de investigación y un narrador excelente ya está abonado a los éxitos editoriales porque si no que hablen mucho de sus libros como "Recuerdo de la muerte", "El presidente que no fue", "Don Alfredo". Bonasso fue además director del recordado diario Noticias y jefe de prensa de Montoneros. Debió exiliarse en los años 70 y encarna precisamente un modelo de periodismo profundamente comprometido. Hoy es un orgullo para nosotros poder decir que además de escribir en Página/12, publica una columna semanal en 3 Puntos y es también columnista del programa Mirá lo que te Digo. MIGUEL BONASSO: Bueno, yo empecé en el periodismo comprando cigarrillos para el jefe de Redacción y pasando vales. Cuando pasé el primer vale de anticipo de sueldo el jefe de redacción me dijo "Pibe, vos vas a ser periodista". Efectivamente acertó, ocurrió esto hace mucho tiempo. Yo creo que debemos tratar de dar respuesta efectivamente a la pregunta que se hace este encuentro. No es una respuesta fácil porque está planteada en términos muy polares, es difícil. Una de las principales soberbias de la profesión es hacerles creer a la gente que lo sabemos todo. Yo creo que hay que ubicar esto en un contexto histórico. Si nosotros nos preguntamos si acá hubo una dictadura militar terrible, de la que muchos personajes se muestran nostálgicos, como el señor Escassany, presidente de la asociación de bancos. El compañero Escassany se manifiesta nostálgico de la dictadura, una de las cosas fundamentales que hizo fue una cosa mucho más importante que establecer una censura de prensa sino una autocensura de prensa. Y para eso contó con la complicidad de prácticamente todos los órganos de prensa existentes en la República Argentina. Es decir, de sus propietarios. Había una diferencia muy grande entre quienes eran los dueños de los medios y quienes escribían o trabajaban en ellos. De quienes trabajaban en ellos, 93 desaparecieron para siempre, cientos tuvieron que exiliarse y crearon un extraordinario periodismo en otros países. Fundaron diarios en Venezuela, fundaron medios en la España del destape, fundaron medios en México. La diáspora del periodismo argentino fue realmente muy importante y al mismo tiempo también empobrecedora para las nuevas generaciones de periodistas porque de golpe fue como que las nuevas generaciones de periodistas se quedaron sin maestros en el país. La generación de periodistas a la que yo pertenezco tuvo un contacto magnífico al que debe ser casi tribal de transmisión oral con la generación de periodistas que nos precedía. Los muchachos que nos siguieron a nosotros desgraciadamente no les ocurrió lo mismo porque muchos de los maestros estaban muertos o desaparecidos y otros estaban en el exilio. Había por supuesto periodistas decentes que resistían como podían en el exilio interior pero que no podían ejercer ese magisterio, entre otras cosas porque no podían expresar en sus respectivos diarios lo que estaba ocurriendo en el país. Y no lo podían expresar por una razón muy sencilla: el plan militar tornaba imposible que se publicara lo que estaba ocurriendo. Es decir, no podía haber habido 30 mil desaparecidos si la justicia hubiese hecho lugar a los habeas corpus y si los diarios hubiesen publicado los habeas y demás. Se dice siempre como excepción, y es verdad, que el diario Buenos Aires Herald en gran medida publicó algunas de estas denuncias y publicó algunos habeas y esto es cierto, pero recordemos el carácter marginal de un diario escrito en inglés que además tenía la protección de ser un diario que leían los altos ejecutivos de las empresas, los miembros de la embajada norteamericana, los miembros de la embajada de Gran Bretaña, etc., etc. Pero no era la regla general, la regla general era el silencio. En relación, desde luego, con ese totalitarismo del control de la información hemos experimentado un avance enorme, o sea: vemos a los piqueteros, escuchamos sus demandas, existen algunos programas en los cuales hay discusiones y contradicciones respecto de cómo fueron los sucesos, se hacen entrevistas, reportajes. Pero siguiendo con el modelo que parte desde la época de la dictadura, cabría plantearse un interrogante pesado visto desde el ángulo práctico, desde el ángulo del profesional del periodismo. ¿Qué es la famosa concentración de medios? Es decir, los espacios destinados a lo que hoy se llama al periodismo de investigación y que en realidad es el buen periodismo. El buen periodismo debe investigar, esto es así, yo diría que en todo caso cabrían otras categorías con relación a lo que se llama periodismo de investigación que tendrían que ver con el tratamiento cuasi literario de algunas notas o con el despliegue y desarrollo de una nota periodística . El buen periodismo debe investigar en la medida en que lo que se le presenta como noticia de último momento viene de un lado y va hacia otro. Es decir, la noticia tiene una historia y tiene un futuro, marca un derrotero que es importante que la gente conozca hacia donde va. Yo no veo tanto el ideologismo que veía mi compañero Tomás Abraham sino más bien es lo contrario: un proceso de concentración que tienen que ver también con el proceso de concentración económica. Quiero recordar que Telefé y Azul Televisión pertenecen a Telefónica de España, que ha ganado, a tenido una tasa de ganancia de sobreventa del 5 por ciento contra el promedio de las 10 principales empresas del mundo que tienen un promedio de ganancia sobre ventas del 5. Si el tema de las ganancias lo llevamos a los activos, la tasa de retorno promedio que tuvo desde el 91 ha sido del 42 por ciento. Cabe preguntarse si desde el punto de vista del derecho que la sociedad. tiene a la información, que dos canales importantísimos, al margen de todos los otros vehículos de expresión que puedan tener, estén en manos del mismo grupo y de el mismo grupo que claramente ha saqueado la economía argentina, porque esta es la palabra. Y tiene como contrapartida si es legitimo, sino debería existir una legislación, claramente parlamentaria, que no tienen nada que ver con el totalitarismo, control del estado y todas esas monsergas de los que defienden la libertad de prensa "abstracta" que es la libertad de empresa. Tiene que ver con quién es el protagonista de la información, que no es el periodista ni los medios, el protagonista de la información son ustedes, la sociedad, que tiene el derecho de estar bien informada. E incluso me atrevería a decir, el deber de estar bien informada. Esto supondría que por ejemplo que una sencilla y simpática ley antimonopolio impida este tipo de cosas. Es muy importante que para que el debate no se torne abstracto, es importante que lo aterricemos en quiénes son los dueños de los medios. Esto es muy importante porque sino podemos caer en la ficción de lo que fue el comienzo de los medios al comienzo del capitalismo y al comienzo del liberalismo. Efectivamente un señor fundaba en un pequeño pueblito un pequeño diario y expresaba su opinión y otros competían con esto. Esto no es así. Yo he traído algunos ejemplos que me llaman la atención. Por ejemplo, Clarín del día 27 de junio. Figura "De la Rúa reclamó a los banqueros tasas más bajas". Esta es la imagen de autoridad del señor presidente, adquiere una proporción gigantesca, se lo ve casi como la estatua de la libertad elevando el índice sobre la cabeza de Monetta y de otros conocidos lavadores de dinero que ejercen la hegemonía en la Argentina, del capitalismo argentino desde hace 25 años, Martínez de Hoz y la tablita cambiaria . Lo que resulta en la propia nota que en la página 14, 15 Clarín publica es que no fue tan así. Que en realidad hubo aplausos al presidente porque manifestó que desde ahora se acabó el estado que gasta lo que no tiene a costa del endeudamiento y que planteó el déficit fiscal cero y que arrancó otro aplauso cuando dijo que no se debía atacar a los inversores españoles. Esto es lo medular: que Clarín en la tapa escamoteó, lo escamoteó prácticamente como si fuera un house organ del gobierno. Lo mismo ocurrió en otras oportunidades. En el 21 de junio se producía de nuevo el conflicto, la gendarmería avanzaba de nuevo sobre los piqueteros. Página/12 lo consignaba en tapa, lo cual no sé si puede ser un comienzo de respuesta de si por lo menos pertenece a Clarín se maneja astutamente otorgándole un gran margen de independencia editorial. Porque titula mostrando los piqueteros y mostrando segundo round mientras Clarín titulaba "Ordenan a Aerolíneas a seguir con sus vuelos" y en ninguno de los títulos de tapa vuelve a señalar el grave conflicto que había en Salta, en General Mosconi. Pero más interesante todavía es el del 22 de junio porque acá hace crédito "Aerolíneas dice que sigue con los vuelos internos" y en la bajada dice "Según una fuente argentina estaría cerca el acuerdo con todos los gremios, eso posibilitaría que los españoles hagan todos los aportes para mantener la empresa operativa y así poder venderla". Este es el mundo feliz, pero no el de Aldous Huxley. Este mundo feliz tiene un correlato que es la concesión que tiene a nivel de telefonía celular el Grupo Clarín con el gobierno nacional y la concesión que tiene con el gobierno de la ciudad para armar toda la retícula de fibra de vidrio que e la super highway sobre la cual va a tener que circular el sistema de comunicaciones de toda la ciudad. Está ocurriendo desde el centro. Creo que explica bastante en que medida fundamental los medios actúan en función del poder económico, de la misma manera que el poder político, o sea que la clase política ha transferido a los gerentes el poder de cambiar la realidad el poder de establecer una ingeniería social que acabe con el actual estado de cosas, de la misma manera también le transfiere a los medios, determinadas cuotas de poder económico para mantener un discurso único y que veamos una realidad que no es. Yo creo como Abraham, efectivamente, que somos reactivos, receptivos, críticos y que mucha gente no lo cree, pero eso tiene que ver con otro manejo de las encuestas y acá por parte del diario La Nación, la veterana tribuna de doctrina fundada por Mitre que miente bastante. Acá titula "Los argentinos descreen de las protestas", según una encuesta de Ibope hecha para el gobierno. Pero también curiosamente en la columna de la derecha donde dice "Sin críticas por el caso Aerolíneas" dice "y la mayoría, 66,6% cree que los sindicatos tienen la razón". Y yo pregunto cómo hizo la encuesta Ibope, cómo preguntó, a los 1.800 entrevistados y qué conclusiones sacó el editor de La Nación para titular "Los argentinos descreen de las protestas". Como decía Tomás, creo que el juicio final esta en manos de ustedes. Gracias |
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Colaboración C. Becka |