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822 • UTOPÍA |
Martes, 18 de mayo de 2004 |
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Creo que donde hay propiedad privada y
donde todo se mide por el dinero, difícilmente se logrará que la cosa pública
se administre con justicia y se viva con prosperidad. A no ser que pienses que se administra justicia permitiendo que las mayores prebendas vayan a manos de los peores, o que juzgues como signo de prosperidad de un Estado en que unos cuantos acaparen casi todos los bienes y disfruten a placer de ellos, mientras los otros se mueren de miseria. ...he llegado a la conclusión que si no se suprime la propiedad privada es casi imposible arbitrar un método de justicia distributiva, ni administrar acertadamente las cosas humanas. Mientras aquella subsista continuará pesando sobre las espaldas de la mayor y mejor parte de la humanidad el angustioso e inevitable azote de la pobreza y de la miseria. No hay castigo tan horrible que prive de robar a quién no tiene qué comer y no halla otro medio de conseguir su sustento. No parece sino que en esto, tanto en Inglaterra como en otros países se imitan a los malos pedagogos: prefieren azotar antes que instruir. Se promulgan penas terribles y horrendos suplicios contra los ladrones, cuando en realidad valdría más asegurar los medios de existencia para todos los miembros de la sociedad. La causa principal de la miseria pública son los nobles cuyo número desorbitado vive como parásitos a cuenta del trabajo y del sudor de los demás. Con el propósito de aumentar sus rentas no dudan en arrasar a los colonos de sus tierras. En efecto, vivir uno entre placeres y comodidades mientras los demás sufren y se lamentan a su alrededor no es ser gerente de un reino sino guardián de una cárcel. | |
TOMAS MORO (1478-1535) |