Click para ir al número anterior

ANTERIOR

EL CUENTOMETRO DE MORT CINDER

SIGUIENTE

Click para ir al número siguiente

775 • DE ABOGADOS I

   

Miércoles, 24 de marzo de 2004

Al índice

Click para ir al índice

  Al viejo se le quemaba la casa. Prestamente un abogado vecino se acercó para apagar el incendio. El viejo, a los gritos, exclamó:
- ¡Vieja, no lo dejes entrar... al menos salvemos el terreno!

Pregunta: ¿Cual es la diferencia entre un perro muerto en la calle a un abogado muerto en la calle?
Respuesta: Hay pruebas de que intentaron frenar delante del perro.

Pregunta: ¿Que NO se tiene cuando un Abogado esta enterrado hasta el cuello?
Respuesta: Suficiente tierra.

Pregunta: ¿Sabes como salvar a un Abogado que está asfixiándose?
Respuesta: Quitando tus manos de su cuello.

Un doctor y un abogado asistían a una fiesta cuando el doctor fue abordado por un hombre que le preguntó acerca de cómo tratar su úlcera. El doctor le dio algunas indicaciones y se volvió hacia el abogado y le preguntó:
- ¿Cómo maneja usted la situación cuando se le solicita una opinión profesional durante un evento social ?
- Le mando la cuenta por dicha sugerencia - respondió el abogado.
A la mañana siguiente, el doctor llegó a su consulta y envió al hombre de la úlcera una cuenta por $ 50. Esa misma tarde recibió una cuenta por $ 100 del abogado.

Un anciano en su lecho de muerte, mandó traer todo su dinero e hizo llamar a su sacerdote, su doctor y su abogado.
- He aquí 30 millones en efectivo para que me los cuide cada uno de ustedes. Mi deseo es que ustedes los pongan en mi féretro cuando muera, de esa manera podré tener el dinero conmigo.
En el funeral, cada uno de los tres hombres puso un paquete en el ataúd. Antes de irse, el sacerdote rompió en llanto y confesó:
- Sólo puse $20 millones en el paquete, pues necesitaba $10 millones para una nueva iglesia.
- Bueno, para ser sincero - dijo el doctor - sólo puse $ 10 millones en el paquete porque en el hospital en que trabajo necesitábamos una máquina que costaba $20 millones.
- Estoy sorprendido de ustedes dos - exclamó el abogado escandalizado - les aseguro que en el paquete que puse en el ataúd, iba un cheque de mi cuenta personal por 30 millones.

El diablo visitó a un joven abogado en su oficina y le hizo una oferta:
- Puedo ofrecerte algunas cosas - dijo el demonio - puedo hacer que quintupliques tus ingresos. Tus colegas te amarán; tus clientes te respetarán; podrás tener cuatro meses de vacaciones al año y vivir hasta cien años si quieres. Todo lo que quiero a cambio es que el alma de tu esposa, de tus hijos y de los hijos de tus hijos, ardan en el infierno por toda la eternidad.
El abogado pensó un momento y dijo:
- ¿... dónde está el truco?.

Un malvado abogado ya mayor, con un diagnóstico de enfermedad terminal, estaba decidido a doblarle la mano a la sentencia de que no podría llevarse nada al otro mundo. Después de muchas cavilaciones, finalmente dio con la figura para llevarse algo de dinero cuando muriera. Le dio instrucciones a su esposa para que fuera al banco y retirara suficiente dinero como para llenar dos almohadas. Luego le indicó que las instalara en el ático, directamente sobre su cama. Su plan: cuando pasara a la eternidad, el podría recoger el dinero en su camino al cielo.
Varias semanas después de su funeral, la viuda del desafortunado mientras limpiaba el ático, encontró las dos almohadas olvidadas, llenas de dinero.
- Pobre viejo tonto - exclamó - yo sabía que debería haberme dicho que pusiera el dinero en el sótano.

Un nuevo cliente fue a ver a un famoso abogado.
- ¿Podría decirme a cuánto ascienden sus honorarios? - preguntó el cliente.
- Por supuesto - respondió el abogado - yo cobro $ 2000 por responder tres preguntas.
- ¿No es un poco caro?
- Sí, lo es - dijo el abogado - ¿Cuál es su tercera pregunta?

DP
Colaboración U. Belingue