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Alcanzamos el
nivel más profundo de sueño una hora después de habernos dormido. Cuanto más
tiempo pasamos durmiendo, menos profundo es nuestro sueño y más largos
nuestros sueños. Se producen en la fase superficial o REM (Movimiento Rápido
de los Ojos). Estos son los más frecuentes:
- Sueño del pasadizo.
Pasar por un túnel, tubo o pasadizo estrecho es una fantasía
onírica que suele repetirse con frecuencia en la primera mitad de la vida
de una persona. Se trata de una señal de angustia primitiva, probablemente
producida por el trauma de nacer. Este tipo de sueños prolifera cuando las
presiones del medio agudizan los rasgos neuróticos del individuo. Son
mensajes de angustia enviados por el inconsciente. Un sueño típico que no
tiene argumento definido.
- Sueños de volar y
caer.
Pueden ser sumamente placenteros o muy desagradables. Los investigadores
no se ponen de acuerdo respecto a su interpretación: para
Jung representan las ansias humanas de
espiritualidad; para Adler son el deseo
sublimado de superarlos sentimientos de inferioridad, la ascensión
simbólica en la escala de la superación personal; para
Freud tienen una significación erótica
evidente, relacionada con la erección sexual.
- Sueños de
persecución.
Varían mucho según el sentido de las persecuciones y la persona que
sueña. En una joven adolescente pueden ser una expresión del temor
inconsciente a ser violada. En los niños, una manifestación angustiosa
relacionada con la angustia primitiva jungiana. En adultos, una
manifestación leve de angustia neurótica, o el temor a una enfermedad
mental. El querer correr y no poder hacerlo expresa una frustración: igual
que quedarse mudo en un examen, perder el tren o sentirse desnudo entre la
gente.
- Sueños sexuales.
Para Freud no son sólo los sueños húmedos
clásicos, sino también infinidad de imágenes simbólicas con un significado
oculto: bailar, subir escaleras, montar a caballo o realizar movimientos
rítmicos... Los sueños inequívocamente sexuales, no sublimados, pueden
expresar deseos reprimidos durante la vigilia. A veces, son sueños de
aprendizaje y, en cierto modo, representan el deseo inconsciente de
corregir las fallas afectivas, no forzosamente sexuales, que cometemos
realmente en nuestra vida cotidiana. Son frecuentes antes del despertar.
¿Cómo soñar lo que queremos?
Según los científicos, el sueño consciente no es un talento natural sino una
cuestión de aprendizaje. Se ha desarrollado un método propio que permite
tener entre diez y veinte sueños conscientes por mes. Estas son sus normas
básicas:
- 1) Despertarse temprano y espontáneamente.
Con un poco de práctica no resulta muy difícil.
- 2) Se comprobará entonces que se despierta
inmediatamente después de un sueño. Reflexionar sobre lo soñado. Leer un
rato o hacer cualquier cosa que exija total atención.
- 3) Intentar dormir otra vez, pensando:
‘En mi próximo sueño, quiero darme cuenta de que
estoy soñando'
- 4) Evocar el propio cuerpo durmiendo,
incluso el movimiento rápido de los ojos (REM), indicio claro de que se
está soñando. Pensar otra vez en el sueño anterior e intentar sentirse
soñando.
- 5) Insistir en el 3 y en el 4 hasta
dormirse.
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