- ¿Qué es un filósofo? ¿Una
especie de cura laico?
- No, por Dios, no nos hunda más la profesión
de lo que ya la tenemos. La filosofía es el amor
a la sabiduría y se supone que el filósofo es
el que busca la verdad y el bien de una manera
desprevenida, sin guardarse nada en la recámara.- ¿Un filósofo
no es casi una arqueología analógica en el
siglo XXI?
- Desgraciadamente, el filósofo ha perdido
muchas bazas en este siglo porque no tiene
demasiado tiempo para la reflexión. Ése es el
gran problema de la filosofía. Antes el filósofo
tenía mucho tiempo y poca información, y ahora
la información nos desborda y tenemos poco
tiempo. Entiendo que hoy el filósofo es alguien
que tiene que trabajar con sociólogos, literatos...
para tratar de hacer la articulación de nuevos
modelos filosóficos.
-
Usted insiste a menudo en que la filosofía moral
es más necesaria que nunca.
- En estos momentos, desde diversos sectores
empresariales y profesionales, nos estamos dando
cuenta de que son importantes una serie de
elementos morales que a veces se habían
despreciado. Por ejemplo, las empresas cada vez
se dan más cuenta de que sin una confianza entre
los contratantes y los pactantes, sin una calidad
del producto, sin unas buenas relaciones entre
las distintas empresas..., no funciona ni
siquiera el negocio. Las gentes se dan cuenta de
que una cierta ética vende, desde el punto de
vista político, desde el punto de vista
empresarial y desde el punto de vista profesional.
-
¿Para qué sirve la ética?
- Primero, para ser personas, que no es mal
proyecto. Para eso hay que tener ideales de
justicia y de vida buena. La ética sirve para
ser justos y felices.
-
¿Por qué es usted una activista de la ética?
- Porque los seres humanos me interesan mucho y
me parece que el mundo no está hecho a su altura.
-
¿A mayor poder, menos ética?
- Desgraciadamente es así. Creo, como los viejos
anarquistas, que el poder corrompe y que el poder
absoluto corrompe absolutamente. Uno de los
grandes desafíos del siglo XXI es conseguir que
la gente que tenga poder tenga también ética.
Que la ética llegue al poder será parte de la
salvación de la humanidad.
-
Estamos en una época en que el poder tiende a
concentrarse.
- Se está concentrando mucho poder desde el
punto de vista político, pero todavía más
desde el punto de vista empresarial.
-
¿Dónde se cumple menos con la ética, en la política
o en los negocios?
- En este momento me resultaría difícil decirlo.
Desgraciadamente, en el terreno de la política,
la obsesión por llamar la atención para recabar
votos hace que los políticos hagan cosas
llamativas sin pensarlas, y eso está reñido con
la ética.
-
¿Si la ética abandona la política está en
peligro la democracia?
- Totalmente. En este momento la democracia está
muy en peligro porque a los políticos se les
piden pocas responsabilidades. Los políticos
deberían de dar cuenta y ser responsables de las
cosas que hacen, y los ciudadanos deberían ser más
participativos.
-
¿La desconfianza hacia el político se está
consolidando como el principio de la democracia?
- Desgraciadamente, porque entiendo que el
principio de la democracia debería ser el
protagonismo de los ciudadanos. Los ciudadanos
tienen que darse cuenta de que la democracia es
el gobierno del pueblo y que los políticos
tienen que ser unos coordinadores de las
sugerencias, los proyectos y las ilusiones de la
sociedad.
|