Click para ir al número anterior

ANTERIOR

EL CUENTOMETRO DE MORT CINDER

SIGUIENTE

Click para ir al número siguiente

606 • LA VENTANA ROTA

 

Lunes, 8 de setiembre de 2003

Al índice

Click para ir al índice

 

Un chico algo travieso, tira un ladrillo contra la ventana de la panadería de su barrio y la destroza. El panadero sale furioso a la calle, pero el chico ya se ha ido. Rápidamente comienza a reunirse un grupo de curiosos que observan los restos de la vidriera sobre los panes y las facturas del local. Algunos se ponen a filosofar acerca del hecho y expresan que, después de todo, esta desgracia puede tener su lado bueno: significará una ganancia para algún vidriero.

¿Cuánto cuesta un nuevo vidrio? ¿100 pesos? No es una suma tan importante. Además, si los vidrios nunca se rompiesen ¿Qué pasaría con los negocios de vidriería? El razonamiento continúa. El vidriero tendrá $ 100 más para gastar en otras cosas y esto a su vez, hará que otros gasten esos $ 100 y así hasta el infinito. La ventana rota, va a ir generando dinero y empleos en forma de espiral y la muchedumbre concluirá, entonces, que el chico travieso lejos de ser una amenaza pública, se ha convertido en un benefactor social.

Hasta aquí la historia, pero veamos el caso desde otra perspectiva. La multitud estaba en lo cierto al menos en algo: la ventana rota implicará más ganancia para algún vidriero, quien seguramente, se pondrá muy feliz gracias a este pequeño acto de vandalismo. Pero ¿qué sucede con el panadero? el panadero tendrá $ 100 menos para gastar, por ejemplo, en comprarse un traje nuevo. Debido a que tuvo que reponer su vidriera, se quedará sin su traje nuevo. En lugar de tener una ventana y $ 100, ahora sólo tiene la ventana. Más bien, como él pensaba ir a comprarse el traje esa tarde, en lugar de tener ambas cosas, la ventana y el traje, deberá contentarse con tener solamente la ventana. Si pensamos en el panadero como miembro de la comunidad, la misma ha perdido la posibilidad de tener un nuevo traje que de otra forma hubiese existido, es decir que en este sentido: se ha empobrecido (carece de algo que necesitaba).

La ganancia que obtiene el vidriero, no es otra cosa que la pérdida que tiene ahora el sastre. Ningún nuevo empleo ha sido creado.

La multitud solamente estaba pensando en dos partes de la transacción: el panadero y el vidriero. Se olvidaron de la tercera parte potencial involucrada en ella: el sastre. Ese olvido se debe precisamente a que el sastre nunca entró en escena. La gente verá la nueva ventana colocada al día siguiente. Lo que nunca verán es el traje nuevo, simplemente porque nunca será confeccionado. Ven solamente lo que es inmediatamente visible a sus ojos.

Esta falacia bajo innumerables disfraces ha sido una de las más persistentes en la historia de la economía.

FRÉDÉRIC BASTIAT
Economista francés (1801 - 1850)