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604 • SOBRE LA MUJER |
Viernes, 5 de setiembre de 2003 |
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Aunque la conducta del esposo
sea censurable, aunque éste se dé a otros amores, la mujer virtuosa debe
reverenciarlo como a un Dios. Durante la infancia, una mujer debe depender
de su padre, al casarse de su esposo, si el mismo muere, de sus hijos y si
no los tiene, de su soberano. Una mujer nunca debe gobernarse a sí misma. La mujer que se niegue al
deber conyugal deberá ser tirada al río. Cuando una mujer tenga
conducta desordenada y deje de cumplir sus obligaciones del hogar, el
esposo puede someterla a esclavitud. Este servicio puede, incluso, ser
ejercitado en el hogar de un acreedor de su esposo y, durante el periodo en
que dura, es lícito para él (el esposo) contraer un nuevo matrimonio. La mujer debe venerar el
hombre como a un Dios. Toda mañana, por nueve veces consecutivas, ella debe
arrodillarse a los pies del esposo y, de brazos cruzados, preguntarle:
Señor, ¿qué desea usted que haga? Las mujeres, los esclavos y
los extranjeros no son ciudadanos. La mujer es de lo mas
corrupto y corruptible que hay en el mundo. La naturaleza solo hace
mujeres cuando no puede hacer hombres. La mujer es, por lo tanto, un hombre
inferior. Que las mujeres se queden
calladas en las iglesias, porque no es permitido hablar. Si ellas quieren
ser instruídas sobre algún punto, que interroguen en casa a sus esposos. Los hombres están sobre las
mujeres porque Ala les otorgó la primacía sobre ellas. Por lo tanto, dá a
los varones, el doble que des a las mujeres. Los esposos que sufran la
desobediencia de sus mujeres pueden castigarlas: desde dejarlas solas en sus
camas, hasta incluso golpearlas. No legó al hombre mayor calamidad que la
mujer. Para el buen orden de la
familia humana, unos tendrán que ser gobernados por otros mas sabios que
aquellos; de ahí la mujer, mas flaca en cuanto al vigor del alma y de
fuerza corporal, está sujeta por naturaleza al hombre, en que la razón
predomina. Enemigo de la paz, fuente de
inquietud, causa de riñas que destruyen toda tranquilidad, la mujer es el
propio diablo. El peor adorno que una mujer
puede pretender tener es ser sabia. Los niños, los idiotas, los
locos y las mujeres no pueden y no tienen capacidad para efectuar negocios. Mientras haya hombres
sensatos sobre la tierra, las mujeres letradas morirán solteras. Todos las mujeres que
seduzcan y lleven al matrimonio a los súbditos de Su Majestad por medio del
uso de perfumes, pinturas, dientes postizos, pelucas y relleno de caderas,
incurren en delito de brujería y el matrimonio queda automáticamente
anulado. La mujer puede ser educada,
mas su mente no es adecuada para las ciencias mas elevadas, como la
filosofía y algunas artes. Cuando un hombre sea reprendido en público por una mujer, él tiene derecho a
derribarla de un puñetazo, darle un puntapié y romperle la nariz para que
así, desfigurada, no se deje ver, avergonzada de su cara. Y esto es bien
merecido, por dirigirse al hombre con maldad en el lenguaje usado. Amigos, así hablaban y obraban los de antaño, lamento haber nacido en el siglo equivocado. | |
Colaboración C. Becka |