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- Nieto, nieto, ¿cómo se llama el hijo e'puta alemán ese que me esconde las cosas?.
- Alzheimer, abuelo, Alzheimer.
- Doctor,
me siento mal, todo me da vueltas, además me arde el corazón.
- Mire Sra., en primer lugar no soy doctor, soy
cantinero, usted no está enferma, está borracha y en tercer lugar no le arde el corazón, tiene una teta en el cenicero.
- Doctor, doctor, ¿con diarrea me
puedo bañar?.
- Hombre, si es abundante...
- ¿Porqué las mujeres ven las
películas porno hasta el final?
- Para ver si la protagonista se casa.
Dos caballeros que se movían muy de prisa
en el interior de un hipermercado con sus carritos de compra:
- Perdóneme Usted; es que busco
a mi señora.
- ¡Qué coincidencia, yo también!. Estoy desesperado.
- Bueno tal vez le pueda ayudar. ¿Cómo es su señora?
- Es alta, de pelo castaño claro, piernas bien torneadas, pechos firmes, un culo precioso, en
fin, muy bonita. ¿Y la suya?.
- Olvídese de la mía, busquemos a la suya.
Llega un tipo a su casa, de madrugada y
cayéndose de borracho, y le dice con voz estropajosa a su mujer:
- Berta... ¡¡¡Voy a
amarte!!!..
- Si querés ándate a Júpiter, pero a mí dejame dormir
Manolo llega a una casa de citas y
pregunta:
- ¿Cuánto cuesta una
prostituta?.
- Depende del tiempo.
- Bueno... supongamos que llueve.
- ¡¡¡Mami, me acosté con mi
novio, y ya no soy virgen!!!.
- Pues agarrá un limón verde y chúpalo.
- ¿Y eso me va a devolver la virginidad?.
- No, pero te quitara la cara de puta satisfecha y
viciosa que tenés.
Un alemán, un francés, un inglés, y un argentino
convergieron en el Museo del Louvre delante de un cuadro de Adán y Eva en el Paraíso. El
alemán dice:
- Mirad que perfección de cuerpos: Ella, esbelta y espigada, y él
con ese cuerpo atlético, los músculos perfilados... Deben de ser alemanes.
Inmediatamente, el francés retrucó:
- No lo creo. Es claro el erotismo que se desprende de ambas figuras... Ella tan
femenina... El tan masculino... Saben que pronto llegará la tentación... Deben ser
franceses.
Moviendo negativamente la cabeza el inglés comenta:
- Para nada. No habeis sabido captar la serenidad de sus
rostros, ladelicadeza de la pose, la sobriedad del gesto. Solo pueden ser ingleses.
Después de un instante mas de contemplación, el argentino exclama:
- No estoy de acuerdo. Miren bien: No tienen ropa, no tienen
zapatos, no tienen casa. Solo tienen una manzana de mierda para comer y todavía los muy
pelotudos creen que están en el paraiso. ¡Esos solo pueden ser menemistas! |