Un
oso y un conejito estaban peleados a muerte desde hacía años. Cada vez que se
encontraban, se insultaban y tiraban cosas, aunque el conejito siempre tenía la
precaución de no quedar al alcance del oso (por obvias razones). Cierta vez, estaban
trenzados en una de sus habituales peleas cuando de repente aparece un hada del bosque y
les dice:
- Ya me tienen cansada con sus peleas, nadie
puede dormir tranquilo en este bosque culpa de ustedes. ¡Se acabó! Le doy tres
deseos a cada uno, pero con la condición de que los usen para ¡dejarse de pelear!
Los dos animales aceptaron y
empezaron con sus deseos, no sin antes pelear un rato sobre quién sería el primero en
empezar, hasta que finalmente de mala gana, el conejo aceptó que empezase el oso.
- Quiero que TODOS los osos de
este bosque sean hembras.
- ¡Hecho! -dijo el hada- ahora tú conejo
- Quiero un casco para moto.
- ??... bueno, concedido. Tu turno ahora oso.
- Mmmmhhhh... para estar seguro... quiero que en todos los bosques de los alrededores
los osos sean hembras...
- Parece que no quieres aburrirte, ¿verdad? -dijo
el hada con una sonrisa-... ¡concedido!,
todos los osos de kilómetros alrededor serán hembras.
- Yo quiero una moto -dijo el conejo
- ¡Concedido! -dijo el hada tranquilizándose al ver que su truco estaba dando
resultado y aparentemente estos dos no se pelearían más.
- ¡Mi turno! -gritó el oso- para estar totalmente seguro, pido que todos los osos
del mundo sean hembras.
¡Uno que no va a molestar más!, pensó para sí
el hada
-...concedido oso, ¡eres el único entre todas
las osas!...Y tú conejo, ¿cuál es tu último deseo?
El conejo se subió a su poderosa moto,
se colocó el casco, arrancó el motor y mientras aceleraba alejándose gritó:
- Quiero que el oso sea ¡P U T O O o o o o o! |