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Cuando despertó estaba solo,
el ambiente era muy oscuro,
sofocante, húmedo.
Se le dificultaba respirar
y lo que inició una corriente fría en su espalda
fue el silencio.
Un silencio impresionante,
profundo, pesado,
increíble.
Comenzó a entender lo sucedido,
tratando de negar sus propios pensamientos.
Antes de que el terror lo agobiara
intentó estirar la mano buscando la lámpara salvadora
y sus nudillos chocaron contra una pared de madera
que sonó secamente a hueco... |