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175 • APUESTAS |
Lunes, 18 de marzo de 2002 |
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Una viejecita fue un día al Banco del Comercio
"Bancomer" llevando un bolso lleno hasta el tope de dinero en efectivo.
Insistía ante la ventanilla, solicitando que quería hablar única exclusivamente
con el Presidente del Banco para abrir una cuenta de ahorros, para lo cual decía - Comprenda Ud. es mucho dinero. Después de mucho discutir, la llevaron ante el presidente del Banco, respetando el concepto de que el cliente tiene siempre la razón. El Presidente del Banco inquirió, cuál es la cantidad que Ud. desea ingresar. Ella dijo que 165.000 dólares y automáticamente vació su bolso encima de la mesa. El Presidente, naturalmente, sintió una gran curiosidad por saber de dónde había sacado la viejita tanto dinero y le preguntó: - Señora, me sorprende que lleve tanto dinero encima, ¿cómo lo ha conseguido? - Es simple, hago apuestas -contestó la viejecita. - ¿Apuestas? , ¿que tipo de apuestas? -preguntó el Presidente - Bueno, todo tipo de apuestas; por ejemplo: ¡le apuesto a Ud. 25.000 dólares a que sus pelotas son cuadradas! El Presidente soltó una carcajada y dijo: - Esa es una apuesta estúpida....Ud., nunca podrá ganar una apuesta de ese tipo La viejecita lo desafió. - Bueno ya le dije que hago apuestas, ¿está Ud. dispuesto a aceptar mi apuesta? - Por supuesto -respondió el Presidente. - Apuesto 25.000 dólares a que mis pelotas no son cuadradas. - De acuerdo, pero como hay mucho dinero en juego, puedo venir mañana a las 10 con mi abogado para que nos sirva de testigo? -preguntó la viejecita. - Por supuesto -respondió el Presidente, teniendo en cuenta que se depositaba mucho dinero. Aquella noche el Presidente, muy nervioso por la apuesta, pasó largo tiempo mirándose sus pelotas en el espejo; volviéndose de un lado para otro, una y otra vez. Se hizo un riguroso examen y quedó absolutamente convencido de que sus pelotas no eran cuadradas y que ganaría la apuesta. A la mañana siguiente a las 10 en punto, la viejecita apareció con su abogado. Hizo las presentaciones y repitió la apuesta de 25.000 dólares a que las pelotas del presidente son cuadradas. El Presidente aceptó nuevamente la apuesta y la viejecita le pidió que se bajara los pantalones para mostrar sus pelotas. El Presidente se bajó sus pantalones y la viejita se acercó y miró sus pelotas detenidamente... luego le preguntó tímidamente si las podía tocar; expresando: - Tenga Ud. en cuenta que es mucho dinero y debo cerciorarme. - Bien de acuerdo, dijo el Presidente convencido, 25.000 es mucho dinero y comprendo que quiera estar absolutamente segura. La viejita se acercó al Presidente y agarrándole empezó a palpar sus bolas; paralelo a lo cual el Presidente se dio cuenta que el abogado estaba golpeándose la cabeza contra la pared. El Presidente preguntó a la viejita: - ¿Qué le pasa a su abogado? - Nada -contestó ella- sólo que he apostado con él 100.000 dólares a que hoy a las 10 de la mañana tendría las pelotas del Presidente de Bancomer en mis manos. |
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Colaboración Clarisa Anchorena |