Los ancianos maestros del yoga, usaban tablas
de madera, rocas y mantas como apoyo en la práctica efectiva de las
posturas (asanas).
Extendiendo este principio, Yogacharya Iyengar
el gran maestro del yoga, ideó apoyos que permiten mantener una postura de
modo mas fácil, por mas tiempo y sin sufrir estiramientos.
La imagen muestra a dicho gran maestro en una versión de la difícil
postura Setubandha Sarvangasana, que requiere
un considerable esfuerzo en el cuello, los hombros y la espalda.
Se precisan años de práctica para lograrla y de ninguna manera debe
intentarse sin supervisión.
Sin embargo, en la provincia argentina de Tucumán,
los naturales consiguen alcanzar frecuentemente esta postura de una manera
no tan elaborada. Y esto, no deja de ser un orgullo.
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