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Por cada dólar que se invierte en todo el mundo en ayuda humanitaria, los
países destinan diez a sus presupuestos militares, según los datos
recogidos en el Informe 2005 del Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Todos los países
del G-7 dedican al menos 4 veces más a
gastos militares que a la ayuda humanitaria.
En el caso de los EE.UU esa proporción es de 25 veces más.
Para el
PNUD, estas proporción tienen sentido en un
mundo en el que "los propios gobiernos de los países
desarrollados reconocen cada vez más los vínculos entre amenazas a la
seguridad y pobreza mundial". En opinión de los responsables
del informe, cualquier evaluación de las amenazas a la vida humana refleja
una asimetría notable entre el
presupuesto militar y las necesidades de las personas. Un dato:
el dinero que los países desarrollados dedican al
año a luchar contra el sida (que mata a tres millones de
personas anualmente) representa únicamente lo
invertido en armamento durante 3 días.
Sin embargo, si los 118.000 millones de dólares en que se ha aumentado el
gasto militar entre 2000 y 2003 se hubiera dedicado a ayuda humanitaria,
ésta supondría hoy cerca del 0,7% del Ingreso
Nacional Bruto (INB) de los países ricos. Con sólo el 3% de
esa cantidad (unos 4.000 millones de dólares) se podría evitar la muerte
de tres millones de niños al año. "Si la guerra
contra la pobreza es una prioridad, simplemente no resulta creíble que los
gobiernos le asignen tan poca importancia al presupuesto de ayuda
humanitaria, cuyo propósito (recuerda el PNUD)
es salvar vidas".
Desigualdad extrema: Los 500 individuos más ricos del mundo tienen
ingresos más importantes que los 416.000.000 de personas más pobres del
planeta, lo que refleja la desigualdad extrema que existe en la
distribución de la riqueza.
Para el PNUD, los avances han sido parciales
y todavía una de cada cinco personas, más de 1.000 millones, vive con
menos de un dólar al día y otros 1.500 millones con uno o dos, por lo que
más del 40% de la población mundial forma en la práctica una
subclase global que cada día afronta su
supervivencia. Así, en 2001 había en el África subsahariana 100 millones
de pobres más que en 1990 y en Europa Central y en los países de la
ex
Unión Soviética el número de personas que viven con menos de dos dólares
diarios pasó de 23 millones en 1990 a 93 millones en 2001.
El índice de pobreza se calcula en base a 3 aspectos básicos para el
desarrollo humano:
-
poder vivir una vida larga y saludable,
-
tener acceso a
la educación,
-
y mantener un nivel de vida digno.
Para medir el primer
factor se toma en cuenta la probabilidad al nacer de no sobrevivir hasta
los 40 años, para medir el segundo se considera la tasa de analfabetismo
de los adultos y para el tercero se pondera el porcentaje de la población
sin acceso a una fuente de agua mejorada y de niños con peso inferior a la
media de su edad.
El informe completo puede verse en
http://hdr.undp.org/reports/global/2005/espanol/www.pobrezacero.org |