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EL CUENTOMETRO DE MORT CINDER

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1202 • RUTINA DE HUMOR 34

 

Lunes, 24 de octubre de 2005

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GRAMÁTICA: ¿Saben ustedes la diferencia que existe entre y usted?... un pequeño ejemplo ilustrará la diferencia:

El director general de un banco se preocupa por un joven director estrella, que después de un periodo de trabajar junto a él, sin parar nunca ni para ir a almorzar, empieza a ausentarse al mediodía. Entonces el director general del banco llama al detective privado del banco y le dice:
- Siga a López una semana entera, no vaya a ser que ande en algo malo o sucio.

El detective cumple con el cometido, vuelve e informa:
- López sale normalmente al mediodía, toma su coche, va a su casa a almorzar, luego le hace el amor a su mujer, se fuma uno de sus excelentes habanos y vuelve a trabajar.

Responde el director:
- ¡Ah, bueno, menos mal, no hay nada malo en todo eso.

Luego el detective pregunta:
- ¿Puedo tutearlo, señor?
- Sí, cómo no - responde sorprendido el director.
- Te repito -dice entonces el detective - López sale normalmente al mediodía, toma TU carro, va a TU casa a almorzar, luego le hace el amor a TU mujer, se fuma uno de TUS excelentes habanos y vuelve a trabajar


PARA ESPANTAR HOMBRES PESADOS:

Él: ¿Puedo invitarte a un trago?
Ella: En realidad, preferiría que me dieras el dinero

Él: Estoy seguro que podría hacerte muy feliz
Ella: ¿Por qué? ¿Ya te vas?

Él: Que dirías si te pidiera que te casaras conmigo?
Ella: Nada. No puedo hablar y carcajearme al mismo tiempo

El: ¿Me puedes dar tu nombre?
Ella: ¿Por que? ¿No tienes uno?

Él: ¿Vamos a ver una película?
Ella: Lo siento. Ya la vi

Él: ¿Dónde has estado toda mi vida?
Ella: Escondiéndome de ti

Él: ¿No te he visto en otro lado?
Ella: Si. Por eso ya no voy por allí

Él: ¿Está libre este asiento?
Ella: Sí, y si te sientas el mío también lo estará

Él: Así es que, ¿A qué te dedicas?
Ella: Soy travesti

Él: Hola preciosa, ¿De qué signo eres?
Ella: De negación

Él: Tu cuerpo es como un templo
Ella: Lo siento, pero hoy no hay misa

Él: Si te viera desnuda moriría feliz
Ella: Si yo te viera desnudo probablemente moriría de risa

Él: ¿Donde has estado toda mi vida?
Ella: Donde estaré el resto de tu vida: en tus sueños

Él: Soy fotógrafo. He estado buscando un rostro como el tuyo
Ella: Yo soy cirujana plástica. También he estado buscando un rostro como el tuyo

Él: Hola, ¿No salimos juntos una vez? o ¿Tal vez dos?
Ella: Debió haber sido una. Nunca cometo el mismo error dos veces

Él: ¿Cómo hiciste para ser tan bella?
Ella: Probablemente me tocó la parte que te correspondía a ti

Él: ¿Saldrías conmigo el sábado?
Ella: Lo siento, pero me va a doler la cabeza el fin de semana

Él: Tu rostro hace que la gente se vuelva a mirarte
Ella: Y el tuyo hace que se le vuelva el estómago

Él: Vamos, no seas tímida. Dime algo
Ella: Ok, ¡Lárgate!


LO QUE NO USA: La esposa regresa a su casa muy temprano y encuentra a su marido en la habitación matrimonial, haciendo el amor con una tremenda, bella, espectacular e infernal hembra.
- ¡Eh, desgraciado, mal nacido, infiel, falto de respeto!! ¿Qué haces? ¿Cómo te atreves a hacerme esto a mí, a tu esposa fiel, la abnegada madre de tus hijos? ¡Me voy ya de esta casa! ¡Quiero el divorcio!
- Esperá... esperá... un momento. Antes de decidir, por lo menos escuchá lo que pasó.
- Hummmmm, no sé... bueno, será lo último que permita que me digas, ¡Pero que sea rápido, cretino, poco hombre!
- Bueno, lo que pasó fue lo siguiente: mientras volvía a casa en el auto, esta joven hacia autostop y me pidió que la llevara. La vi tan indefensa que accedí. Noté que estaba muy delgada, mal vestida y sucia. Me contó que hacía tres días que no comía. Con gran compasión y dolor, la traje a casa y recalenté los tallarines que te preparé anoche, y
que no te comiste porque te engordan. La pobre chica prácticamente se los devoró. Luego, como estaba muy sucia, le dije que se bañara. Mientras se duchaba noté que su ropa estaba sucia y rota; así que se la tiré a la basura. Para que se vistiera le di esos jeans que hace años no usas porque te quedan apretados; la blusa que te regalé para el aniversario, y que no usas porque tuve mal gusto cuando la escogí, y no te gusta; el suéter que te regaló mi hermana por Navidad y no usas (para molestarla), y las botas que
compraste en esa lujosa zapatería, y que nunca más te pusiste desde que tu amiga se compró unas iguales. Al final, cuando la joven se iba, muy agradecida, la acompañé a la puerta, se dió vuelta, y con ojos llorosos me preguntó: "¿No tendrá usted otra cosita que su señora ya no use?..."

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