Click para ir al número anterior

ANTERIOR

EL CUENTOMETRO DE MORT CINDER

SIGUIENTE

Click para ir al número siguiente

1178 • CARTA A BUSH

 

Martes, 20 de septiembre de 2005

Al índice

Click para ir al índice

Estimado Sr Bush:

¿Tiene usted idea de dónde están nuestros helicópteros? Hace cinco días que se produjo el huracán Katrina y cientos de personas permanecen todavía varadas en Nueva Orleáns esperando que las socorran por aire. ¿Adonde ha desviado usted nuestros helicópteros mlitares? ¿Necesita que lo ayudemos a encontrarlos? Yo perdí una vez mi auto en el estacionamiento de Sears. Era un desorden.

¿Tiene usted también alguna idea sobre donde están nuestros guardias nacionales? Podríamos disponer de ellos ahora para cumplir con el tipo de función a que han sido destinados en caso de desastres nacionales ¿Porqué no están allí para comenzar la tarea?
 
El pasado miércoles estaba en el sur de Florida sentado en el jardín mientras el ojo del huracán pasaba sobre mi cabeza. Era entonces solo de Categoría 1 pero anticipaba ser grave. Murieron once personas y aún hoy muchas casas no tienen energía. Esa noche el pronosticador informó que la tormenta se dirigía a Nueva Orleáns. Eso pasó el miércoles ¿Nadie se lo dijo? Yo sé que a usted no le gusta que interrumpan sus vacaciones y también sé que tampoco le gusta que le den malas noticias. Además,
usted tenía que ir a comidas para recaudar fondos y tenía madres de soldados muertos que era necesario ignorar y calumniar. ¡Bien hecho!

Me encanta también como el día después del huracán, en lugar de volar a Luisiana, se dirigió a San Diego para mantener una reunión con sus amigos de negocios. No deje que la gente lo critique por eso... después de todo, el huracán ya había pasado y ¿qué diablos podría haber hecho usted? ¿poner su dedito en el dique?

Tampoco escuche a los que, en los próximos días, comenten cómo específicamente redujo, este verano y por tercer año consecutivo, el presupuesto del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Nueva Orleans. Solo dígales que si usted no hubiera reducido el presupuesto para consolidar los diques tampoco hubiera habido ingenieros militares para hacerlo puesto que ellos tienen que realizar obras mucho más importantes: CONSTRUIR LA DEMOCRACIA EN IRAK.

Al tercer día, cuando finalmente decidió terminar sus vacaciones, debo decirle que me conmovió que le pidiera a su piloto del Air Force One que descendiera de las nubes mientras sobrevolaba Nueva Orleáns, para poder echar una ojeada sobre el desastre. Vaya, yo sé que usted no puede detenerse a usar un megáfono o a sentarse sobre los escombros ni actuar como comandante en jefe. Ya estuvo, ya cumplió.

No van a faltar quienes traten de politizar la tragedia usándola en contra suyo. Sólo haga que su gente lo denuncie como una maniobra. Pero no responda. Ni siquiera a los incómodos científicos que predijeron que esto sucedería porque el agua del Golfo de México se está calentando cada vez más volviendo inevitables este tipo de tormentas. Ignórelos y todo su calentamiento global y todos sus cobardes pronósticos. No son nada raros estos enormes huracanes que serían como un tornado categoría 4 que abarcara desde Nueva York hasta Cleveland.

No, señor Bush usted está en el camino correcto. No es culpa suya que el 30% de la población de Nueva Orleáns, viva en la pobreza o que cientos de miles no tengan vehículos para alejarse de la ciudad. ¡Y para colmo negros! Quiero decir que esto no hubiera pasado en Kennebunkport. ¿Se imagina usted a los blancos viviendo en los techos de sus casas durante cinco días? No me haga reír. La raza no tiene nada (NADA) que ver con esto.

Quédese tranquilo Sr. Bush solo trate de localizar, nuestros helicópteros militares y mándelos allí. Imagínese que la gente de Nueva Orleáns y la de la costa del Golfo vive cerca de Tikrit.

MICHAEL MOORE
Cineasta norteamericano