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1171 • DIOS PISA EL PALITO |
Viernes, 9 de septiembre de 2005 |
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- Esta racha de caída de aviones la verdad que parece una novela de miedo - dice el que está detrás del mostrador. Y hablan de los balazos a D’Elía, de lo que éste afirma sobre Duhalde, y hacen la novela. El jubilado encima el caso del obispo que fue filmado en una relación íntima, y hace otra novela. El mozo coloca en la pileta los pocillos para lavar y jura que se salvó por un pelito cuando el árbol cayó partiendo el taxi, y hace su novela. La mujer del que está detrás del mostrador lava los pocillos y, sacudiendo los pelos hacia atrás, instala como más trascendente (“en lo humano”, argumenta) el encuentro de “la Susana” con “la Pelusa Monzón”, y hace el novelón. Entra el dueño de la boutique que fue asaltado hace dos días pidiendo un capuchino con grapa y vuelve a narrar su novela. Los temas son infinitos. Se corrige que las plagas de Egipto no son diez sino siete, pero nadie sabe cuáles son; que las próximas elecciones traerán sorpresas, que los piqueteros, que el autismo general, que Cavallo ya perdió el tren, que el peso será más fuerte que el dólar, que la toma de rehenes, que el yanqui fundamentalista que pide asesinar a Chávez porque es más barato que hacerle la guerra a Venezuela en cualquier momento nos tira los galgos a nosotros, que estamos enfermos, que...
El que está detrás del mostrador dice:
Hasta que en Crónica TV
aparece el Diego, repitiendo (y ya van...)
su novela intitulada: A pesar de que todos ya están hartos de ver el programa, igual prestan atención. Y llega Almafuerte, viejo y querido poeta del barrio, saluda, pide un completo y se asocia al espíritu del bar para escuchar al dios. - Es como estar en la iglesia - dice - todos conocemos los pasos de la misa, pero lo mismo prestamos atención como si pudiera ser distinta, y no puede ser distinta porque lo que estamos viendo es una grabación - finaliza sin encontrar eco.
La mujer está contenta: el diez está hecho una pinturita,
se lo ve divino. El resto elogia el cambio logrado, el buen aspecto, y
que ojalá sea para siempre, la familia es lo principal. Y el Diego vuelve
a desmenuzar el gol, y que los piratas se embromen y...
El poeta responde levantando las cejas porque está
disfrutando la medialuna; termina de masticar, se limpia con la
servilletita de papel, y suelta:
Agarra la segunda medialuna y cumple el objetivo. El que
está detrás del mostrador lo chancea con: |
ENRIQUE MEDINA |