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1018 • 3 BARCOS |
Martes, 8 de febrero de 2005 |
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En 1898, el escritor norteamericano Morgan Robertson publicó una novela acerca de un gigantesco transatlántico, el Titán, que se hundía una fría noche de abril en el Atlántico, después de chocar con un iceberg en su primer viaje. Catorce años después, en uno de los peores desastres marítimos de la historia, el Titanic se hundió en una fría noche de abril en el Atlántico, después de chocar con un iceberg en su primer viaje. Las coincidencias no terminaron allí. Los dos barcos, el real y el de la novela, tenían aproximadamente el mismo tonelaje y ambos desastres ocurrieron en el mismo sector del océano. Uno y otro eran considerados insumergibles y ninguno llevaba suficiente cantidad de botes salvavidas. Si se agrega la historia del Titanian, las extraordinarias coincidencias Titan-Titanic comienzan a desafiar la credulidad humana. El tripulante William Reeves, que estaba de guardia una noche de abril de 1935, durante un viaje del Titanian entre el Tyne y Canadá, tuvo un presentimiento cuando el Titanian pasaba por el lugar donde se habían hundido los otros dos barcos. La sensación fue insoportable, pero ¿podía Reeves detener el barco sólo por un presentimiento?... Lo que lo decidió a hacer algo fue otro factor... una coincidencia más... él había nacido el día del desastre del Titanic. - ¡Peligro avante! - gritó al puente y apenas unos instantes después, un iceberg que no había visto apareció en la oscuridad. El barco lo evitó por muy poco. | |
Colaboración G. Sanchez |