Héctor
Camino
de Suárez, a mano derecha,
cuantito se pasa la vieja estación,
hay una casita que abrazan parrales,
nidito que habita mi amigo Héctor Mión.
A ella se llega cuando es necesario,
pulir una biela o cambiar un pistón.
el bueno de Héctor, mecánico hábil,
arregla las cosas sin gran dilación.
A ella se llega si el Jesús padece
catarro o resfrío en su viejo motor,
y a ella se llega cuando un leal amigo
nos es necesario para algún favor.
Vive con Nicola y su madre buena,
Héctor el muchacho de gran corazón,
camino de Suárez a mano derecha,
cuantito se pasa la vieja Estación. |
Roldán
De tierras lejanas donde el sol de fuego
tuesta el algarrobo y ensombra la tez,
llegó hasta la estancia pidiendo trabajo,
pura tonadita, pura timidez.
"Ió vengo de lejo, provincia e
Santiago.
de casa e salío por primera vez.
por favor le pido, señor don Arturo,
déme una changuita, le viá agradecer"
Y tuvo trabajo como él lo deseaba,
y fué progresando, y creciendo después.
obrero del campo, labores sencillas.
la dicha ha llegado también para él.
Veinte años pasaron y a veces recuerda
con cierta amargura por lo que se fue,
aquella su frase primera de un día:
"deme una changuita, le viá agradecer" |