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84 • TESTIMONIO SOBRE OMAR

 

Miércoles, 28 de noviembre de 2001

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Omar Al Khayyam

Allá por el año 506 de la Hégira, Ornar Al Khayyam y Jawaya Muzafar Isfizari, habiéndose detenido en Balk, paseábanse por la calle de los mercaderes de esclavos; cuando yo me acerqué a ellos, y, después de saludarles, oí a Omar que decía: ‘Mi tumba estará situada en un lugar donde dos veces por año los árboles dejarán caer sus flores’. Esta aserción me pareció increíble, aunque yo creyese que un hombre como Omar no podía pronunciar palabras vanas.

Cuando llegué a Nishapur, en el año 530 de la Hégira, hacía ya varios años que el rostro de ese gran hombre estaba velado por el polvo y que este bajo mundo se encontraba privado de su presencia. Como yo le reconocía en mi pensamiento los derechos de un maestro, fui a visitar su sepultura acompañado de un guía. Este me condujo al cementerio de Hira; siguiendo sus indicaciones, di la vuelta hacia la izquierda y descubrí la tumba del poeta. Se encontraba al pie de un muro, por arriba del cual durazneros y perales pasaban sus ramas cargadas de flores; y tantos pétalos y hojas habian caído, que la tumba de Omar estaba completamente cubierta por ellas. Entonces me acordé de lo que él había dicho delante de mí en la ciudad de Balk y me puse a llorar, porque sobre la faz de la tierra o en todas las regiones habitadas del mundo jamás vi a ninguno que a él se pareciera.


ABU MOHAMED IBN YUSUF MIZAM DE SAMARCANDA
Historiador y poeta de principios del siglo XII