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Miramos hacia el pasado a través de
millones incontables de años,
y vemos la gran voluntad de vivir
que lucha por salir del fango situado entre las mareas,
que lucha de forma en forma y de poder en poder,
que se arrastra por el suelo y luego camina con confianza sobre él,
que lucha de generación en generación por dominar el aire,
que se insinúa en las tinieblas de lo profundo;
la vemos levantarse contra sí misma con rabia y hambre
y cambiar su forma por otra nueva,
contemplamos cómo se nos acerca y se hace más parecida a nosotros,
cómo se expande, se elabora a si misma,
persigue su objetivo inexorable e inconcebible,
hasta alcanzarnos al final
y latir su ser a través de nuestros cerebros y de nuestras arterias...
Es posible creer que todo el pasado
no es más que el principio de un principio,
y que todo lo que es y ha sido
es sólo el crepúsculo del alba.
Es posible creer que todo lo conseguido por la
mente humana
no es sino el sueño antes del despertar...
Surgirán... de nuestro linaje,
mentes que volverán su atención a nosotros en nuestra pequeñez
y nos conocerán mejor de lo que nos conocemos nosotros.
Llegará un día,
un día en la sucesión infinita de días,
en que seres,
que están ahora latentes en nuestros pensamientos
y escondidos en nuestros lomos,
se erguirán sobre esta tierra
como uno se yergue sobre un banquillo
y reirán...
y con sus manos alcanzarán las estrellas. |