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919 • FAHRENHEIT 9/11

Miércoles, 22 de setiembre de 2004

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  Esta película ha provocado la mayor concurrencia de espectadores a los cines de EEUU, y ya es el documental más visto de la historia del cine. La cabeza me da vueltas... ¿No fue acaso que ocho semanas antes del estreno me quedé sin distribuidor?

He venido recibiendo informaciones de prensa y no alcanzo a reponerme del asombro:

  • Hubo más espectadores en un solo fin de semana para ver Fahrenheit 9/11 que durante nueve meses para Bowling for Columbine.
  • Ya ha batido los records de boleterías de Rocky III.
  • Tuvo la mayor cantidad de espectadores que pudo lograr un film exhibido en por lo menos 1000 salas durante su primer fin de semana, superando a El Retorno del Jedi.
  • Ya ocupa el segundo lugar en la historia del promedio de entradas vendidas por sala.

Pero son las reacciones y los relatos que nos han llegado desde los cines los que me han conmocionado. Los responsables de las salas llamaban para contarnos que los espectadores aplaudían de pié durante los créditos finales y que en algunos lugares como Greensboro, Carolina del Norte y Ocklahoma City, les costaba evacuar las salas cuando terminaba el film, porque la gente estaba demasiado excitada y querían hablar entre sí sobre lo que acababan de ver.

En Trumbull, Conneticut una mujer se subió a la butaca y gritó: ¡Vamos a hacer una reunión!
En San Francisco, un hombre se sacó un zapato y lo tiró contra la pantalla cuando apareció Bush en la película.
Algunos grupos de parroquianas de Tulsa que habían ido a ver el film lloraban a mares a la salida.

Son estos espectadores quienes han desmentido a los expertos charlatanes de los medios que antes del estreno habían manifestado que solo la claque habitual de la izquierda pura y dura iría a ver mi película. Se equivocaron. Los cines del Sur profundo y del Medio Oeste batieron records de concurrencia. En Peonia, debieron anunciar el agotamiento de las localidades y también en Lubbock, Texas y en Anchorage en Alaska

Los diarios publicaron incrédulos, historias de gente que se decía Independiente o Republicana y que salía del cine turbada y llorosa, jurando que no podrían votar a conciencia a George W Bush. El New York Times narró la historia de una mujer de unos veinte años, republicana conservadora de Pensacola, Florida que lloró durante todo el film y que le dijo a un periodista: "Esto me lleva a cuestionarme seriamente mi opinión sobre el Presidente. Me pregunto cuales serían sus motivos."

En el Newsday, se mencionaba una entrevista a un hombre que se definía como un convencido partidario de Bush y de Cheney y que tuvo una muy tranquila reacción luego de la proyección. En efecto, dijo: este film me ha hecho reflexionar sobre lo que en realidad está pasando. Son demasiadas cosas, uno no puede barrerlas de golpe. Y a continuación fue a sacar entradas para volver a ver el film.

El Los Angeles Times encontró en un cine de Des Peres, en Missouri, a una madre de familia que había apoyado incondicionalmente a Bush. Al salir de la sala, esta señora decía con los ojos húmedos que finalmente había comprendido: Estoy conmovida luego se detuvo haciendo un gesto con sus manos como expresando que no encontraba palabras y agregó: Creo que nosotros no hemos terminado aún de ver toda la verdad.

Todo esto ha sido sin duda, la peor noticia del despertar del lunes en la Casa Blanca. Tengo la impresión de que estaban tan conmocionados que devolvieron Irak, lo devolvieron con dos días de anticipación. Algunos jefes de redacción nos han dicho que la Casa Blanca (es decir Karl Rowe, el Consejero en estrategias del Presidente) los bombardeó con mails y llamados. Ese señor trataba de salir del atolladero atacando al film y atacándome a mí. El vocero de Bush, Dan Bartlett dijo a los periodistas acreditados en la Casa Blanca que el film aunque él no lo había visto era "... una maraña de mentiras. No necesitamos ver el film" dijo más tarde a la CNN, "para saber que está lleno de inexactitudes" Por lo menos son coherentes. Nunca tuvieron necesidad de ver una sola arma de destrucción masiva para mandar a nuestros muchachos a hacerse matar.

Muchos programas de actualidad han dado vueltas con entusiasmo alrededor de la versión de la Casa Blanca. Después de todo eso forma en gran parte el tema de Fahrenheit: cómo los medios por pereza o por servilismo han creído todas las mentiras de la administración Bush sobre la necesidad de invadir Irak. Creyeron todo lo que se les decía en la Casa Blanca y solo raramente (¿nunca?) plantearon las preguntas adecuadas, las que debieron formularse antes del comienzo de la guerra.

El film denuncia los fracasos y la complicidad de los medios masivos con la administración Bush (quién podrá olvidar sus incesantes ovaciones en ocasión de la partida de nuestras tropas a la guerra como si se tratase solo de un juego) nunca van a perdonarme lo que pareciera haberse transformado en un fenómeno cultural. Me han atacado incansablemente, en todas las emisiones con una violencia que hubiéramos deseado ver contra quienes nos mintieron sobre la necesidad de atacar a una nación soberana que ni siquiera nos amenazaba.

Por el momento sepan que: cada uno de los hechos que cito en Fahrenheit 9/11 son absolutamente ciertos e irrefutables. Este film es sin duda el documental que ha exigido las más completas investigaciones y las más minuciosas verificaciones de nuestro tiempo. Más de doce personas incluidos tres equipos de abogados y de verificadores juramentados de hechos del New Yorker le han pasado un peine fino a esta película para podérselas garantizar. No dejen que nadie diga que esto o aquello no es cierto. Si dicen eso mienten. Díganles que las OPINIONES que se vierten en el film son mías y que todo el mundo tiene derecho a no estar de acuerdo. Y que las cuestiones que planteo en el film, basadas en hechos irrefutables, son también mías. Y que tengo el derecho de plantearlas. Y que continuaré planteándolas hasta obtener respuestas.

Para concluir, quisiera decirles que las reacciones más alentadoras sobre el film han surgido de los soldados y de sus familias. Todas las salas del país ubicadas en ciudades en donde hay guarniciones militares estuvieron colmadas. Nuestras tropas no conocían la verdad. La han visto con sus propios ojos. Y muchos soldados no creían que fuese un film que estaba REALMENTE de su lado, para que ellos vuelvan a casa sanos y salvos y que no vuelvan a ser convocados a afrontar un peligro salvo como último recurso. Me estrujó el corazón leer las reacciones de las familias de los soldados y los comentarios de la mujer de un soldado de infantería que apoyaron públicamente mi film. Gracias una vez más por vuestro apoyo. Hemos escrito juntos un capítulo en los libros de historia.

Y mis excusas a "El regreso del Jedi". Nos volveremos a encontrar cuando realice en noviembre El retorno del texano a Crawford... La farsa esté con vosotros... pero no por mucho tiempo.

MICHAEL MOORE (Jul-04)
De un artículo publicado tras el estreno de la película.