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914 • LA GIMNASIA

Miércoles, 15 de setiembre de 2004

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Mi abuela comenzó caminando 3 kilómetros por día cuando tenía 60 años. Ahora tiene 97 y no sabemos adonde está.

La única razón por la que empezaría a trotar, es por que así volvería a escuchar una respiración jadeante.

El año pasado me inscribí en un gimnasio, pago 80 pesos por mes y todavía no he perdido ni un kilo. Aparentemente, además hay que asistir.

Tengo que hacer ejercicio muy temprano por la mañana, antes de que mi cerebro se de cuenta lo que estoy haciendo.

No hago ningún ejercicio. Si Dios hubiera querido que nos tocáramos la punta de los pies, los habría puesto mas arriba.

Me gustan las caminatas largas, especialmente cuando las hacen algunas personas que me molestan.

Tengo los muslos flácidos, pero afortunadamente los cubre el estómago.

La ventaja de hacer ejercicio todos los días, es que te mueres en excelente estado de salud.

Finalmente, se ha documentado hasta el hartazgo que por cada kilómetro que trotas, añades un minuto a tu vida. Esto te permite que, cuando cumplas los 85 años, tengas derecho a cinco meses adicionales... claro que en un geriátrico, y a más de 1000 pesos por mes.

Colaboración Paridotas