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794 • EN UNA HABITACIÓN |
Jueves, 15 de abril de 2004 |
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¿Cómo veo el mundo después de la invasión a Irak? La imagen que me viene en mente es la de una pesadilla inspirada por un cuento de Edgar Allan Poe. Nos hallamos en una habitación con cuatro paredes, un piso, un techo pero sin puertas ni ventanas. La habitación está amueblada y algunos de nosotros estamos confortablemente sentados, pero otros no. Algunos no se dan cuenta de que las paredes avanzan gradualmente hacia el interior, a ratos lentamente y a ratos más rápidamente haciéndonos sentir que cada vez estamos más incómodos y que vamos a aplastarnos entre nosotros y hasta matarnos. En la habitación se plantean varias discusiones pero se refieren especialmente a la disposición de los muebles. Pareciera que la gente no se da cuenta del avance de las paredes. Cada tanto se organizan votaciones para decidir sobre la distribución de los muebles. Estas votaciones no dejan de tener importancia: ellas permiten que algunas personas se sientan más cómodas y otras menos, pueden hasta llegar a modificar la velocidad con que las paredes avanzan pero no hacen nada para detener su implacable avance Lula no es como sus opositores, Kirchner no es lo mismo que Menem, López Obrador no sería igual a Madrazo, Gore no habría hecho las mismas cosas que Bush: si embargo ningún cambio en la distribución de los muebles detiene el implacable avance de las paredes, aún más, pareciera que la gente lo considera como algo normal.
En la habitación hay personas que dicen que lo importante no son los muebles
sino como detener el avance de las paredes antes de que muramos todos.
Nos lanzamos contra los muros, golpeamos las paredes con nuestras cabezas
buscando descubrir una grieta, tratando de atravesarlos mientras gritamos: Y comenzamos a darnos cuenta que no son solo algunos, sino que muchos de nosotros, tal vez todos, estamos por rompernos la cabeza contra las paredes de la "realidad" que avanzan. Solo que algunos lo hacen de manera tan discreta que al principio no nos damos cuenta. | |
JOHN HOLLOWAY |