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669 • DROGAS DE LA FELICIDAD |
Viernes, 21 de noviembre de 2003 |
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La gran paradoja de la vida:
entre más das más recibes.
¿Sabía usted que puede producir sus propias drogas, sin
tener que sembrar amapolas o marihuana o comprar cocaína?
Si hay abundancia de estas hormonas endógenas, hay inteligencia emocional e interpersonal. La persona se siente ubicada, sabe quién es, a dónde va, tiene el control sobre sus emociones, conoce sus habilidades y sus talentos, y se siente dueña de sí misma. ¿Cuándo y cómo se crean
estas drogas internas? ¿Cómo se desarrolla esta
condición? Como vemos, la felicidad no es algo vago e impreciso, ni una sensación nebulosa o inconcreta: es el efecto de un flujo correcto de sustancias químicas que proporcionan al ser humano su equilibrio físico y psíquico. Así la felicidad se puede incrementar por medio de las siguientes actitudes o actividades, todas productoras de estas "drogas" internas: Amar y disfrutar apasionadamente lo que hacemos. Tener relaciones con personas que nos motiven y enriquezcan nuestra fuerza vital. Tener una autoestima positiva y un sentido del valor personal. Trabajar y lograr pequeñas o grandes metas. Descansar y dormir profundamente. Manejar
adecuadamente el estrés. Hacer ejercicios regularmente: "mente sana en cuerpo
sano". Recordar los momentos felices en nuestra vida, ya que en esos momentos
la mente no distingue entre lo real y lo imaginario. El secreto está dentro de
nosotros. Sentirnos felices es una cuestión de actitud hacia la vida: las
drogas de la felicidad no se consiguen en el exterior, sino que son creadas
mediante una vida llena de amor, entrega, optimismo, ejercicio, satisfacción
personal para el logro de metas propias, y devoción por lo que se hace. | |
Colaboración Cayo Mecenas |