ANTERIOR | EL CUENTOMETRO DE MORT CINDER |
SIGUIENTE |
666 • LA SEGUNDA BESTIA |
Martes, 18 de noviembre de 2003 |
Al índice |
La Segunda Bestia del
Apocalipsis, más conocida entre la
gente por su número 666, ha sido motivo de confusión
debida a la
ignorancia y a las espectaculares producciones
cinematográficas que gustan de tocar este tema tratando de encontrar en
nuestros tiempos algún anti Cristo a quien atribuir los rasgos descritos en el Apocalipsis.
Pero el auténtico significado
está ubicado en un tiempo y contexto histórico preciso, ajeno al nuestro. El Libro de la Revelación, o Apocalipsis de Juan, corresponde precisamente al género literario apocalíptico que floreció en la literatura hebrea desde el siglo II a. C, hasta el siglo II d. C. La apocalíptica depende de la literatura profética y de la sapiencial. Pero a diferencia de la literatura profética, donde el elemento esencial es “la palabra”, en la apocalíptica el elemento esencial es “la visión”. Otra característica del género apocalíptico es el uso abundante de símbolos. El autor del Apocalipsis se da a conocer como Juan, un hombre que debido a su fe sufría el exilio en la isla de Patmos, una colonia penal de Roma. Pese a su nombre, es difícil pensar que el autor de este libro es Juan el Apóstol, o el autor del cuarto Evangelio o de las cartas joaninas. Él mismo no habla de sí como del apóstol ni como autor de estos textos. El vocabulario, la gramática y el estilo hacen dudoso que el Apocalipsis fuera compuesto por las mismas personas responsables de los demás textos neotestamentarios firmados por “Juan”. Por otro lado, existen similitudes lingüísticas y afinidades teológicas con el cuarto evangelio que hacen suponer que el autor del último libro de la Biblia bien pudiera haber sido discípulo de Juan el Apóstol. La estructura de un Apocalipsis se da siempre en estas tres fases:
Para entender el contenido del Apocalipsis de Juan, es preciso conocer antes el contenido y los símbolos del Apocalipsis contenido en el libro del profeta Daniel. Y para entender los símbolos que usa Daniel, es preciso conocer los utilizados por Ezequiel. Los Apocalipsis son desarrollados en una época de opresión. El Apocalipsis de Juan, fue escrito en el año 95. En ese tiempo se exigía el “culto imperial” más que en el de sus predecesores Vespasiano y Tito. En este contexto histórico debemos buscar el significado de los simbolismos empleados por Juan. Todos los números utilizados en el Apocalipsis tienen un significado específico. Conocerlos ayuda a entender los símbolos del texto::
Para sumar 666, existen una gran cantidad de combinaciones, pero para este cálculo, se debe recordar que en griego y en hebreo las letras del alfabeto tienen valor numérico, pues estas lenguas carecían de numerales. La opinión más aceptada entre los exégetas, es que Juan se refiere a Nerón, dado que su nombre en hebreo es NRWN QSR (Nerón César), recordando que en el hebreo no se escriben vocales entre las consonantes, las equivalencias son:
Todo indica que el pasaje se refiere a Nerón, uno de los más acérrimos perseguidores de los cristianos, quien entre sus “ingeniosos” tormentos, hacía amarrar en postes a los cristianos en los senderos de los jardines de su palacio, y los hacía arder en llamas para que sirvieran como antorchas. El hecho de repetir tres veces el 6, resulta significativo, pues 3 es símbolo de perfección. Repetir tres veces un adjetivo equivale al máximo superlativo posible. Así, repetir tres veces el 6, 666, el “tres veces Imperfecto”, el “totalmente imperfecto”, equivale de manera antitética al “tres veces Santo”, “Santo, santo, santo” que se usa para llevar al máximo la exaltación de la santidad de Dios, el “Todo Santo”. El Apocalipsis al estar escrito en el contexto de la persecución cristiana por el Imperio Romano, encuentra el verdadero significado de sus símbolos en esa situación histórica concreta. No obstante, el sentido y la enseñanza del texto, son escatológicos. Por esta razón, si algo debemos aplicar de este libro en nuestros tiempos, que tantas veces ponen a prueba nuestra cordura, es la enseñanza de fe y esperanza desarrolladas en el texto, más que el pretender emplear los símbolos empleados como referencias a cataclismos que hemos de padecer. | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Extractado de un trabajo de MAURICIO ISRAEL PÉREZ LÓPEZ |