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525 • EL PERFECCIONISMO

 

Jueves, 5 de mayo de 2003

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La mayor  parte  de las personas se rehúsan a admitir que el demonio de perfeccionismo los ha dominado.  Ellas recuerdan algún un hábito de desaliño y pereza que parece descalificarlas. Sin embargo, estas mismas personas se incomodan con los errores personales y los descuidos. Los  que somos semi-perfeccionistas nos impacientamos con los errores y omisiones de los demás y con los propios. Nos cuesta trabajo reírnos de los errores y debilidades de nosotros y de los demás. No aceptamos cómodamente nuestra índole de ensayo y error, y tardamos en concederles este privilegio a los demás. Cualquier grado de perfeccionismo no es realista.  Una vez que admitirlos que el  perfeccionismo es un comportamiento compulsivo, hemos declarado que es en sí una forma de imperfección. El perfeccionismo es humanamente insalubre, y la diferencia entre aquel que está sano y el perfeccionista es que la persona sana tiene el control de su vida y el perfeccionista es impelido por una compulsión.

"El o ella tiene que... Debe... Triunfar, ser perfecto"; es una esclavitud, una prisión del espíritu libre. Los perfeccionistas creen que su valor se mide por su desempeño. Los perfeccionistas creen que serán aceptados por los demás en base de sus logros. El castigo por el fracaso es un distanciamiento del amor de los demás y una pérdida de su propia estima. El perfeccionismo es un amo a quien servir. Poner la propia felicidad en manos de un amo semejante es algo realmente tonto. La condición humana es débil. Estamos sujetos a errores. Aprendemos por eliminación de errores.

ATENCIÓN: "El fracaso nunca es absoluto y definitivo. Solo es una experiencia de aprendizaje. El único verdadero fracaso es aquel del que no aprendemos nada."... por lo tanto... "aprende de los errores de los demás, no vas a tener tiempo de cometerlos todos tu solo"..."Una forma de elegir crecer, es disponerse a disfrutar... más que a alcanzar la perfección"

JOHN POWELL S. J.
Colaboración Cayo Mecenas