EL CUENTOMETRO DE MORT CINDER

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490 • VIENTOS HURACANADOS DE LA CRISIS

Viernes, 25 de abril de 2003

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La indiferencia ante la suerte de los sectores populares, los más pobres, los más necesitados, ha sido rampante. El desinterés por producir reformas sociales ha sido igualmente escandaloso y la corrupción ha llegado a niveles desconocidos, inéditos en nuestra historia. La irrepresentatividad de los partidos políticos difícilmente puede ser exagerada. Todo esto configura un clima de crisis de legitimidad muy seria que abre perspectivas muy preocupantes para el futuro de la Argentina, sobre todo cuando no se perciben actores sociales dispuestos a llevar adelante un proyecto de refundación. Estamos en una situación extraordinariamente volátil, casi gaseosa de la República Argentina, y en ese contexto es muy difícil poder establecer rumbos ciertos por los cuáles habrá de transitar el futuro político del país. Cuando reaparece la figura de Menem, o surge la de López Murphy, hay que preguntarse hasta qué punto esta aparición no es, en buena medida, un producto de un esfuerzo mediático muy fuerte de los monopolios informativos, sobre todo cuando esta candidatura aparece con mucha fuerza después del voto argentino de abstención sobre Cuba. Ahí hubo una especie de 'switch' muy fuerte. Es sospechosa la rápida irrupción de López Murphy, que de estar en el 6 o 7 por ciento, de repente aparece pugnando para entrar de cabeza al ballottage.

Una parte del establishment ha manifestado su apoyo y ciertos grupos vinculados a los sectores de poder más tradicionales de la Argentina también. Es el hombre que esperan garantice la continuidad de sus privilegios, pero creo que es un salvavidas de plomo, porque si hay un candidato que no tiene condiciones de imponer una cierta institucionalidad y previsibilidad, y que va a ser arrasado por los vientos huracanados de la crisis, ése es López Murphy.

Con López Murphy vamos a una situación convulsiva, como la que caracterizó su breve gestión como ministro de Economía. El programa de Recrear es aterrador, es volver a aplicar, con más intensidad todavía, las políticas más ortodoxas del Consenso de Washington que generaron esta destrucción sin precedentes de la Argentina. Aplicar ese programa, como quiere López Murphy, en un contexto de gran reacción social, con movilización y tensiones sociales, sin control de ambas cámaras en el Congreso, es una convocatoria al desastre. Si hay alguien que no puede garantizar la gobernabilidad en este país es López Murphy.

El otro que tampoco puede es Menem. No pudo ni siquiera hacerlo en la fase final de su gobierno, en el período 97-99, mucho menos lo va a hacer ahora, cuando su poder está mucho más recortado, su capacidad de control de las bases del peronismo mucho más limitada y no tiene qué repartir, a diferencia de los '90. De manera que pensar que "Menem puede" es una ilusión. En cualquiera de los escenarios de estos probables ganadores hay un alto grado de inestabilidad política derivada por el sencillo hecho de que no hay una sólida mayoría detrás de ninguno. Van a ser presidentes muy débiles. Cualquiera que llegue lo va a hacer con votos prestados en la segunda vuelta y se les va a exigir una restitución a cambio significativa. Mi opinión es que, tal como están planteadas las cosas, vamos a seguir teniendo un orden democrático, pero con componentes represivos cada vez más fuertes, sobre todo si estamos hablando de personajes como Menem y López Murphy. Si es algunos de los otros candidatos, probablemente tendremos mejores perspectivas, pero de todas maneras estaremos muy lejos de llegar a un proceso de consolidación de nuestra vida democrática en los carriles de la legalidad, de la tolerancia, del respeto a las ideas, la justicia social y de todos los componentes fundamentales para una vida democrática genuina.

ATILIO BORÓN
Politólogo - Profesor en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA
Secretario ejecutivo del Consejo LAtinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO)
24 ABR 2003 - DyN - Colaboración E. Vallejos