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464 •  EXQUISITA SENSIBILIDAD

Miércoles 26 de marzo de 2003

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Uno no puede dejar de emocionarse ante la extrema sensibilidad mostrada por el hombre más poderoso de la Tierra al exigir al tirano iraquí que cumpla a rajatabla con los artículos 13 y 14 de la Tercera Convención de Ginebra, que, entre otras cosas, prohíben que los prisioneros de guerra sean "expuestos a la curiosidad pública" o que sean maltratados.

Otros hombres exquisitamente sensibles como Donald Rumsfeld y Tony Blair se han pronunciado también rápidamente sobre el tema, y es de esperar que lo hagan pronto algunos de sus aliados de la coalición liberadora.

Sin embargo, para que todos podamos comprender cabalmente su gran preocupación por la legalidad internacional, necesitaríamos algunas aclaraciones:

¿Por qué permiten que los fotógrafos y cámaras que acompañan a las unidades militares invasoras (perdón, aliadas), tomen libremente imágenes de los prisioneros iraquíes, algunas de ellas en las situaciones más humillantes?

¿Por qué los propios mandos militares de EEUU difundieron en enero de 2002 imágenes del Campamento Rayos X en la base de Guantánamo de los prisioneros capturados en Afganistán, arrodillados y maniatados, con gigantescas gafas negras, mascarillas en la boca, las orejas cubiertas y gruesos guantes de goma, para que no pudieran oír, ver ni tocar nada? Dijeron que no eran prisioneros de guerra sino combatientes ilegales.

Sin embargo, leyendo las Convenciones de Ginebra, uno descubre que la categoría de combatiente ilegal no existe en ellas, sino sólo la de civiles y combatientes. Es más, en la Tercera Convención se reconoce que prisioneros de guerra son no solamente aquellos miembros regulares de las fuerzas armadas de otro país capturados, sino también los miembros de milicias y cuerpos de voluntarios que toman parte en un determinado conflicto bélico.

¿Las Convenciones de Ginebra o la Convención sobre los Derechos Humanos de la ONU permiten que a cientos de prisioneros capturados en Afganistán, sean de la nacionalidad que sean, los traslade uno de los países atacantes, sedados y encadenados a sus asientos en avión, a una base en un tercer país y los mantenga por tiempo indefinido en un limbo legal, sin permitir que se inmiscuyan ni siquiera los gobiernos de sus propios países de origen, aunque sean aliados?

ROBERTO MONTOYA
Diario EL Mundo • Madrid