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EL CUENTOMETRO DE MORT CINDER

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447 •  PARED FRIA

Viernes 7 de marzo de 2003

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- Si por lo menos viniera María Cristina no me sentiría tan sola, porque estas reuniones de amigos me ponen tan nerviosa... pero si, es seguro que va a venir porque ella me lo dijo (además le conviene porque la muy pícara desea encontrarse con Carlos) ¡Carlos!, tan guapo y caballero... yo te digo que me parece que él también tiene algo con ella, porque cuando la ve llegar le cambia la cara, la mira con unos ojos... hacen una pareja tan linda, es solo cuestión de esperar que lleguen. Ah, pero no me había fijado lo hermoso que están los rosales, como han crecido...¡están llenos de pimpollos! ¿no lo habías notado?, yo tampoco, ¡si seremos distraídas!, papá debe estar tan orgulloso de sus rosales, porque él disfruta de cada detalle de las flores, bien lo sabes. Me parece sentir el perfume desde aquí, ¿tu no lo sientes? si, ¿verdad? ¡es hermoso!... y este aire de primavera me hace bien. Ojalá se mantenga así en la noche, no sea cosa que caiga un chaparrón y nos eche a perder la fiesta, porque nunca se sabe con nuestra primavera. Vamos a tener que bañar al Coquito, ¡como tiene esos pelos!, se ha llenado de abrojos pobrecito, míralo sentadito como pide sus mimos, bichito mimoso caramba. ¡Corra, corra, traiga la ramita!. Es divino. ¿No tendríamos que conseguirle noviecita? Daría unas crías tan lindas... ¿ A vos no te parece? Seguro, y nos los sacarían de las manos. Pero yo me quiero quedar con alguno, porque van a ser unas bellezas. ¡Hay Ernestina, que nervios que tengo, si vieras! Seguro que si, si viene Carlitos con el viene Bonifacio... ¡guaranga!, no digas esas cosas que me pongo colorada. Y si, seguro que me gusta, y yo a él, bien lo sé, lo que pasa es que no se anima a declararse porque siempre mama esta cerca y él se cohibe. ¡Seguro que me quiere! Eso se siente en la piel, y las mujeres somos muy intuitivas. ¡No seas tonta! ¡Callate mujer, no tienes juicio, atrevida, no me hagas reír! ¡Mira, me parece que están llegando!, veo una polvareda en la entrada de la estancia. ¿Tu también la ves? Si, están llegando, no alcanzo a darme cuenta si vienen en carro de caballos o en el Ford T del tío Ismael. Como sea no creo que puedan pasar el bajío, porque esta crecido, van a tener que bajarse y pasar en balsa. Voy a llamar a Don Severo para que prepare el charré y los vamos a buscar, ¡Que nervios tengo Ernestina! ¿Ojalá que vengan los muchachos? ¡Don Severo, Don Severo! Prepare el charré que vamos a buscar a nuestros invitados, ¡Don Severo! ¿me escucha Don Severo? ¡ya están llegando hombre, ya vienen!.

La rutina del geriátrico se ve alterada por los gritos en el dormitorio de las mujeres. El comentario de los enfermeros es breve y conciso:

- ¿Quién mierda está a los gritos?
- Es la vieja Irma, hace media hora que habla sola en el dormitorio, pobre viejita loca, esta parada frente a la pared, con la nariz bien pegada al revoque y los ojos muy abiertos. ¿Qué pensará esa cabecita? ¿No tiene a nadie esa abuela, che? ¿Ninguna familia? Mirá como grita Don Severo, Don Severo, ¿quién sería ese Don Severo? Yo te digo que para llegar a viejo así tan solo... no se che. Bueno dame otro mate y no te hagas el loco que me toca. Después me voy a dar la ronda de remedios.

SENEN RODRÍGUEZ PERINI
Julio 2001