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266 • RUTINA DE HUMOR 14

 

Martes, 23 de julio de 2002

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Estaban tres mujeres judias platicando de como lo tenian sus maridos:

- Pues Abraham lo tiene chiquito, arrugadito y un poco oscurito, ¿y Jacob? -dijo Sarah
- Jacob tambien ¡lo tiene muy parecido! -comentó Judith
Hanna se queda callada y ellas le preguntan:

- Y tu marido ¿como lo tiene?
- No sé, ¿me creerán que nunca se lo he visto?, pero hoy mismo le voy a pedir que me lo enseñe.
Al día siguiente llega Hanna francamente maltrecha, cojeando, totalmente amoratada de la cara, con un ojo y el labio inferior hinchados y con un brazo enyesado.

- ¿Que pasó? -le preguntaron sus amigas.
- Pues que ayer le pedi a Isaac que me lo enseñara -dijo Hanna- y cuando lo vi le dije: ¡Mirá!, igualito que el de Abraham y el de Jacob...


En un intento por "salvar" a la Argentina de esta increíble situación, estaban Alfonsín, Menem, De la Rúa, Cavallo, Duhalde, hablando a más de un millón de argentinos que estaban caceroleando en la Plaza de Mayo, cuando de pronto se aparece Jesucristo bajando lentamente del cielo. Cuando llega al lado de los "próceres", Menem le dice algo al oído. Entonces Duhalde, dirigiéndose a la multitud dice:
- ¡Atiendan Compañeros! Acá el compañero Jesucristo quiere decirles algo.
Jesucristo se dirige a la tribuna y tomando el micrófono en sus manos dice:
- Pueblo de Argentina, estos hombres que muchas veces me han invocado, ¿no le han dado a ustedes el pan del conocimiento igual que hice yo?
El pueblo, algo tímidamente, responde:
- Hummm, Síí...
- ¿No es cierto que así como yo multipliqué el pan y los peces para dar de comer a todos, estos hombres inventaron la caja de PAN, los planes TRABAJAR, organizaron saqueos a supermercados...?
El pueblo, con más vigor, responde:
- Sííííííííííí...
- Tal cual hice desprender de todas sus pertenencias a mis discípulos, ¿ellos no vendieron y regalaron todo lo que se podía vender en la Argentina?
La respuesta atrona:
- Síííííííííííííííííííí...
- Así cómo yo curé con mis manos, ¿No han destruido el sistema de salud, vaciado hospitales y policlínicos, para volver a curar las enfermedades como yo curé?
El pueblo, ya algo exhaltado, grita:
- Sííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííí...
- ¿No se han traicionado entre sí en más de una vez por el poder y el dinero como yo lo fuí por Judas?
Ya incontrolable, frenético, el pueblo argentino responde:
Sííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííí...

- Entonces, ¿qué están esperando para crucificarlos, hijos de una gran puta?


Un turista de mediana edad en su primer visita a Amsterdam va al distrito rojo y entra en un burdel muy grande. La madama le pide que se siente y le envía a una de sus pupilas jóvenes para entretenerlo. Charlan, chichonean, se acarician, toman, se ríen y ella se sienta en sus faldas. Él le cuchichea algo en el
oído, ¡ella respira hondo y sale corriendo!

Viendo esto la madama envía a alguien más experimentado para entretenerlo. Charlan, chichonean, se acarician, toman, se ríen y ella se sienta en sus faldas. Él le cuchichea algo en el oído y ella grita:
- ¡NO! -y se aleja rápidamente.

La madama está sorprendida porque este hombre de aspecto tan común haya pedido algo tan tremendo que dos de sus chicas no quieran tener nada que ver con él. Decide mandarle a Lola, su pupila más experimentada. Ella nunca ha dicho que no y no era probable que nada la sorprendiera. Charlan, chichonean, se acarician, toman, se ríen y ella se sienta en sus faldas. Él le cuchichea algo en el oído y ella grita:
- ¡JAMÁS! -le da una bofetada y se va.

La madama está ahora totalmente intrigada, nunca había visto algo así operando burdeles desde hace tantos años. Hacía mucho que ella misma no hacía el trabajo en la cama pero estaba segura que siempre le dijo sí a cualquier cosa que un hombre pudiera pedir. Ella tiene que descubrir qué es lo que hizo que sus chicas se pusieran tan enojadas. Además, ve una oportunidad de darle una lección a sus pupilas. Va y le dice que ella es la mejor de la casa. Charlan, chichonean, se acarician, toman, se ríen y ella se sienta en sus faldas. Él le cuchichea en el oído:
- ¿Puedo pagar con pesos argentinos?


James Bond entra a un bar y desde la puerta ve una morocha espectacular sentada en la barra. Se ubica al lado de la dama, le lanza una mirada y comienza a conversar con ella. Se presenta:
- Hola mi nombre es Bond, James Bond...
Al rato de charlar comienza a mirar insistentemente su reloj. Ella pregunta:
- Disculpe, ¿está llegando tarde la persona que espera?
- No, me dieron este reloj "high tech" y lo estoy experimentando...
- ¿Ah si? ¿Y que es lo que este reloj tiene de especial?
- Usa ondas ultragama X-25 para comunicarse conmigo, directamente a mi cerebro.
- ¿Y que le está diciendo ahora?
- Me dice que usted está sin bombacha...
La mujer suelta una carcajada y responde:
- Lamento decirle que su reloj no funciona; yo tengo puesta mi bombacha...
Bond sacude el reloj, le da unos golpecitos y dice:
- ¡Caramba!, está adelantado una hora.


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