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165 • RUTINA DE HUMOR 3 |
Lunes, 4 de marzo de 2002 |
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Va Menem a una iglesia, se arrodilla ante Jesús y le dice: - Jesús, estoy totalmente arrepentido y quisiera redimir mis pecados - Está bien, hijo, ¿que has hecho? - y... después de 10 años de gobierno he dejado a mi gente en la ruina y la miseria - Dale gracias al Señor... - También he traicionado a la gente de mi partido la cual me ha seguido a todas partes y a la hora de contar conmigo les di la espalda. - Dale gracias al Señor... - Aparte mientras el pueblo sufría y estaba en la miseria, Unos pocos, mis amigos, se enriquecían gracias a la corrupción - Dale gracias al Señor... - Y por último lo peor, por mi ambición desmedida de poder. Hasta he perdido un hijo y casi ni me importó - Dale gracias al Señor... - Pero Jesús, estoy realmente arrepentido y tu lo único que tienes para decir es ¿"dale gracias al Señor"? - Sí, dale gracias al Señor, porque estoy aquí clavado, que sino bajo y te cago a patadas en el culo, ¡hijo de puta! SALARIOS ARGENTINOS Salario Cebolla:
Lo ves, lo agarrás... y te ponés a llorar. Un anciano entra al confesionario y dice al cura: - Padre, tengo 80 años, estoy casado,
tengo cuatro hijos y 11 nietos, y anoche tuve una aventura. Hice el amor a dos chicas de
21 años. A las dos. Dos veces. EL SEXO SEGUN
LOS PROFESIONALES Según los ABOGADOS es una INJUSTICIA Según los INGENIEROS es la MAQUINA PERFECTA Según los ARQUITECTOS es un ERROR Según los POLÍTICOS es la DEMOCRACIA
PERFECTA Según los ECONOMISTAS es una INVERSIÓN Según los MATEMÁTICOS, es la ECUACIÓN
matemática PERFECTA María y Pedro eran dos residentes en un geriátrico que sostenían una aventura amorosa. Los dos tenían 96 años y andaban en silla de ruedas. Todas las noches se encontraban en la sala de televisión. Pasivamente, María tomaba el pene de Pedro y se pasaban mirando la tele por una hora o un poco más. No era mucho, pero era todo lo que tenían. Una noche, Pedro no llegó. Tampoco apareció la noche siguiente. María supuso que había muerto, pero poco después lo vio paseando alegremente en su silla de ruedas por los patios. Lo enfrentó y le dijo: - ¿Dónde estuviste estas dos últimas
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