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142 • ALBAÑIL

 

Lunes, 4 de febrero de 2002

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Gallego Poder Judicial de Galicia.
Tribunal de Primera Instancia de Pontevedra.
Explicación de un albañil gallego a la compañía aseguradora de riesgos del trabajo (ART) que no comprendía como pudo haber ocurrido el accidente, debido a la naturaleza de las lesiones.

Excelentísimos Señores:

En respuesta a su pedido de informaciones adicionales declaro:

En el ítem nº 1 sobre mi participación en el accidente mencioné: "Tratando de ejecutar las tareas y sin ayuda" como la causa de mi accidente. Me piden en su carta que dé una declaración más detallada por lo que espero que lo que sigue, aclare de una vez todas sus dudas.

Soy albañil desde hace 10 años; en el día del accidente estaba trabajando sin ayuda colocando ladrillos en una pared del sexto piso del edificio en construcción de esta localidad. Finalizadas mis tareas, verifiqué que habían sobrado aproximadamente 250 kgs. de ladrillos que, en vez de cargarlos a mano por la escalera hasta la planta baja, decidí colocarlos en una barril para luego bajarlos con ayuda de una roldana que se halla felizmente fijada a una viga en el sexto piso.

Bajé hasta la planta baja y até el barril con una soga y con la ayuda de la roldana lo icé hasta el sexto piso, luego de lo cual até la soga a una de las columnas del edificio. Subí luego hasta el sexto piso y cargué los ladrillos en el barril. Volví a la planta baja, desaté la soga y me agarré con fuerza, de modo que los 250 Kgs. de ladrillos bajasen suavemente. Mi peso es de 80 Kgs.

Sorpresivamente mis pies se separaron del suelo y comencé a ascender rápidamente arrastrado por la soga.
Debido al susto que llevaba, perdí mi presencia de espíritu e irreflexivamente me aferré más aún de la soga mientras ascendía a gran velocidad.
En las proximidades del tercer piso, me encontré con el barril que bajaba a una velocidad similar a la de mi subida, pero en sentido contrario... fue imposible evitar el choque; creo que allí se me produjo la fractura de cráneo.

Continué subiendo hasta que mis dedos se engancharon dentro de la roldana, lo que provocó la detención de mi subida y también las quebraduras múltiples de los dedos y de la muñeca. A esta altura (de los acontecimientos) ya había recuperado mi presencia de espíritu y pese a los dolores continué aferrado a la cuerda. Fue en ese instante cuando el barril chocó contra el suelo, el fondo del mismo se partió y todos los ladrillos se desparramaron.

Sin los ladrillos el barril pesaba aproximadamente 50 Kgs. Debido a un principio físico simplísimo, comencé a descender rápidamente hacia la planta baja. Al pasar por el tercer piso me encontré con el barril vació que subía. En este nuevo choque, estoy casi seguro, se produjo la quebradura de tobillos y de nariz.
Este choque felizmente disminuyó la velocidad de mi caída de manera que cuando aterricé encima de la montaña de ladrillos sólo me quebré tres vértebras.
Lamento sin embargo informar que cuando me encontraba caído sobre los ladrillos con dolores insoportables y viendo pendiendo sobre mi al barril, perdí nuevamente mi presencia de espíritu y solté la soga. Debido a que el barril pesaba más que la cuerda, descendió rápidamente y cayó encima de mis piernas quebrando las dos tibias.

Esperando haber aclarado definitivamente las causas y desarrollo de los acontecimientos me despido atentamente.
Será Justicia.


DP
Colaboración C. Becka