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1249 • SANTOS INOCENTES

 

Miércoles, 28 de diciembre de 2005

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El día de los Santos Inocentes, que cada 28 de diciembre se celebra con bromas en el mundo cristiano, tiene su antecedente en un hecho ocurrido hace dos milenios. En esa fecha se recuerda a las víctimas de la matanza ordenada por Herodes, Rey de Judea, contra todos los niños varones menores de dos años de Belén (unos 30), con la intención de acabar con la vida del recién nacido Jesús. Según La Biblia, Herodes temía que naciera el nuevo Rey de Israel, y por ello pidió a un grupo de magos que le señalaran el lugar exacto en que el niño había nacido, pero aquéllos en lugar de regresar a decirle el sitio se fueron a sus países por otro camino, burlando así al monarca.

Herodes era tan terriblemente celoso contra cualquiera que quisiera reemplazarlo en el puesto de gobernante del país, que había asesinado a dos de sus esposas. También mató a varios de sus hijos, porque tenía temor de que pudieran tratar de reemplazarlo por otro. Llevaba muchos años gobernando de la manera más cruel y feroz, y estaba resuelto a mandar matar a todo el que pretendiera ser rey de Israel. Por eso la noticia de que acababa de nacer un niñito que iba a ser rey poderosísimo, lo llenó de temor y dispuso tomar medidas para precaverse. Entonces rodeó con su ejército la pequeña ciudad de Belén, y mandó a sus soldados a que mataran a todos los niños menores de dos años, en la ciudad y sus alrededores.

El emperador César Augusto decía con burla que ante Herodes era más peligroso ser hijo (Huios) que cerdo (Hus), porque a los primeros los mataba sin compasión, en cambio a los marranos no, porque entre los judíos está prohibido comer carne de ese animal.

Como el hombre propone y Dios dispone, sucedió que un ángel vino la noche anterior y avisó a José para que saliera huyendo hacia Egipto, y así cuando llegaron los asesinos ya no pudieron encontrar al niño que buscaban para matarlo.

El Día de los Santos Inocentes fue instituido por Herodes Agripa II, nieto Herodes, quien en su trigésimo aniversario decidió honrar la memoria de su abuelo conmemorando el sangriento edicto promulgado por él.

Con la distancia histórica este hecho sangriento degeneró en risa. Así se ha transformado en una tradición festiva donde la costumbre es hacer bromas, tal vez en recuerdo del rey burlado que no pudo cumplir su objetivo de matar al Niño Jesús.

En algunos países se piden prestadas cosas para luego negar el hecho y finalmente las cosas son devueltas acompañadas de golosinas, juguetes en miniatura y una nota que dice algo así: "Herodes, cruel inclemente, nos dice desde la fosa, que considera inocente al que presta alguna cosa". En nuestros días, las acciones consideradas como inocentadas son en general, dar avisos falsos o gastar bromas telefónicas y donde todo termina con la frase: "Que la inocencia te valga". También es común que aparezcan en los medios de comunicación falsas noticias, algunas veces firmadas por un inexistente Inocencio Santos.

En la iconografía se los representa como niños pequeños y de pecho, con coronas y palmas en alusión a su martirio. La tradición concibe su muerte como "bautismo de sangre" y preámbulo al "éxodo cristiano", semejante a la masacre de otros niños hebreos que hubo en Egipto antes de su salida de la esclavitud a la libertad. La tradición oriental los recuerda el 29 de diciembre y la latina el 28 de ese mes. El día de los Santos Inocentes es el equivalente latino del anglosajón April Fool's Day.

Colaboración Vanguardia - México