|
El barco busca tripulación. La
selección se hace en la misma nave. Mucha gente. Muchísima. Un aspirante a
un puesto de marinero de solo 1.45 de altura se presenta. Lo hacen llenar
un formulario y pasar a una cámara diciéndole que espere un momento. Pasan
uno o dos minutos, se abre la puerta y entra un negro enorme que apenas
pasa por la puerta de la cámara. Luego de un corto silencio, que a nuestro
pequeño hombre le pareció una eternidad, se escucha el vozarrón del negro
que dice:
- 2,15 metros de altura, 155 kilos de peso, pene de
33 cm, testículos de 200 gramos cada uno, cubano, Dante Huerta.
Dicho todo esto le extiende la mano en actitud de saludo. El
hombrecito, instantáneamente, se desploma y se desmaya. Asombrado el
negro, lo toma entre sus brazos y le da algunas leves cachetadas para
reanimarlo. Una vez que el hombrecito vuelve en sí, le pregunta:
- ¿Que le paso amigo...?
El hombrecito, sin dejar de mirar al negro, con el espanto pintado en su
rostro, le pregunta en un hilo de voz al negro:
- ¿Me... puede... repetir... lo... que... dijo...?
- Por supuesto, amigo... 2,15 metros de altura, 155
kilos de peso, pene de 33 cm, testículos de 200 gramos cada uno, cubano,
Dante Huerta, me he presentado.
- ¡Uuufff... que alivio!... había entendido "Date
Vuelta..."
El hombre despierta en casa
con una resaca monumental. Se esfuerza en abrir los ojos, y lo primero que
ve es un par de aspirinas y un vaso de agua en la mesita de noche. Se
sienta y ve frente a él, su ropa limpia y planchada. Mira a su alrededor y
ve que todo está en perfecto orden y limpio. El resto de la casa está
igual. Toma las aspirinas y ve una nota sobre la mesa: "Cariño,
el desayuno está en la cocina, salí temprano para hacer las compras. Te
quiero."
Así que va a la cocina, y ahí estaba el desayuno y el periódico del día
esperándole. Su hijo también está desayunando, lo ve y le pregunta:
- ¿Hijo, que pasó ayer por la noche?
- ¿Anoche? - responde el hijo-
bueno, pues volviste después de las 3 de la madrugada, borracho. Rompiste
algunos muebles, vomitaste en el pasillo y te pusiste un ojo morado cuando
te diste contra la puerta.
- ¿Y como es que todo está tan limpio y ordenado, y
el desayuno esperándome en la mesa?
- ¡Ah, eso!... Mamá te arrastró hacia el
dormitorio y cuando intentó sacarte los pantalones, le gritaste: "¡Quieta
perra, soy casado!
Valoraciones:
-
Una resaca autoinducida: $ 500,-
- Mobiliario roto: $ 1.400,-
- Desayuno: $ 50,-
- Decir la frase adecuada: No tiene precio.
La vida había castigado
material y espiritualmente, y cuando a este le parecía que no le podía ir
peor, se acercó a la ventanilla de un lujoso automóvil detenido en un
semáforo y ocupado por un elegante y próspero caballero y se entabla el
siguiente diálogo.
- Señor, ¿podría prestarme diez pesos para comer?
- Pero, ¿no te los irás a beber, verdad?
- No señor, nunca en mi vida he bebido alcohol.
- Entonces, ¿te lo vas a gastar en tabaco?
- No señor, no fumo, ni nunca lo he hecho.
- ¿Te los vas a gastar a lo mejor jugando y apostando con los otros vagos?
- De ninguna manera. Nunca juego ni apuesto
nada.
- ¿Acaso te los vas a gastar bailando en algún cabaret?
- Imposible, señor, jamás en mi vida he
pisado un cabaret. Es más, no sé bailar...
- ¿Se los piensas dar a una puta, acaso?
- Jamás he tenido relaciones con ninguna
mujer que no fuera mi novia, convertida luego en mi esposa hasta que me
abandonó.
- Entonces toma los diez pesos. Pero vente a comer a mi casa. Quiero
invitarte a una buena comida casera y así podrás ahorrarte los diez pesos.
El pordiosero, sorprendido, sube al impresionante coche y, ya en
camino, pregunta:
- Oiga, señor, ¿no se enojará su esposa al
ver llegar a alguien como yo, y que se siente a la mesa a comer?
- Probablemente sí - contesta el rico - pero
valdrá la pena. Tengo interés en que vea en que se convierte un hombre que
no bebe, no fuma, no juega, no baila y ni sale con putas. |