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Fue necesario ver el rostro
enfurecido de los jóvenes hijos de inmigrantes africanos y musulmanes, por
la exclusión de que son objeto y advertir la mirada perdida de la
desesperanza de quienes incendian hoy Francia, para advertir los más
amargos frutos que ese nefasto árbol del neoliberalismo, el cual ha sido
abonado con dolor de sus padres sometidos al abuso laboral, y ha sido
regado con sudor y lagrimas de generaciones, así todo el eficientismo la
avaricia y el utilitarismo nos ha devuelto como el boomerang de
equilibrio, la revuelta de revancha de quienes con su actuar están
enviando un mensaje claro, no sólo a Francia, no sólo a
Europa, sino al
Mundo, de que ¡ya basta!.
¿Cómo empezó todo? La versión oficial dice
así: La violencia se inició el pasado 27 de octubre, cuando dos
adolescentes de origen africano Bouna Traore,
de 15 años y Zyed Benna, de 17, murieron
electrocutados cuando, al parecer, escapaban de la policía que los
perseguía para arrestarlos, luego de algunos desórdenes. El hecho provocó
un estallido entre las empobrecidas comunidades de origen extranjero en
París y se ha extendido por el resto del
país.
El factor humano: Bien a bien los
sicólogos sociales no sabrán si el detonador de los disturbios que hoy
sacuden a Francia se originaron de las torpes
declaraciones del ministro del Interior, Nicolas
Sarkozy, quien al inicio de la revuelta llamo a los jóvenes
escoria, o el detonador social fue
efectivamente la muerte de los dos muchachos antes referida. Lo cierto es
que se ha dado en el lugar un cóctel mas que peligroso que no es diferente
al de otras partes del mundo en donde la acumulación de unos cuantos ha
sumido en la miseria a muchos.
¿Qué hay hasta hoy? Lo que sucede en Francia
rebasa cualquier expectativa de revuelta aislada y se estructura en un
movimiento que da que pensar, la razón es que si es espontáneo es
sintomático de que hay algo que no ha funcionado en la sociedad francesa
para integrar a quienes son miembros de su comunidad por nacionalidad
ganada por nacimiento o adopción y si es orquestado peor algunas
sugerencias oficiales consideran que líderes religiosos islámicos podrían
estar detrás de los disturbios, una de las mayores organizaciones de esa
confesión en Francia, la
Unión de Organizaciones Islámicas, emitió un
decreto (fatwa) en el que llama a los jóvenes a "apaciguar
su cólera".
La persistencia de los motines y la imposibilidad de controlar la
situación llevó a la prensa europea y a la misma
Agencia Francesa de Prensa, AFP, a comparar la crisis de los
suburbios con el movimiento estudiantil de mayo de 1968 y con una intifada
(levantamiento) como las ocurridas en Palestina.
Pero todavía más que eso, uno de los sindicatos policiales de Francia,
Action Police, señaló que "los
hechos por los que pasamos ahora no tienen precedente desde el fin de la
Segunda Guerra Mundial".
¿Qué esta por venir? Si creemos reconocer este cuadro podremos
suponerlo... Jóvenes desempleados sin oportunidades de estudio, hacinados
en lugares en donde lo único que les acompaña es la desesperanza,
traicionados por el país que los margina y les cancela la posibilidad de
vivir una vida digna, han sentido que pueden tener el control de algo, de
la noche en este caso y le infringen a sus propios vecinos el daño de
privarles de su vehículo quemándolo, solo para protestar y dejar oír así
su voz a la autoridad que no atiende, la voz que acalla una realidad de
dolor y desesperanza que les impone una policía de mano dura, que se alejó
de ellos dejando de ser la policía del barrio y regresa a reprimir.
Sume a eso las drogas y las aspiraciones de una sociedad de consumo a la
que no pueden acceder por el bloqueo de las dos llaves maestras,
el estudio y el trabajo y tendrá solo
una cosa: Frustación, estimo que es
este combustible y no la gasolina lo que incendia a
Francia y esta propagándose a Alemania y
Bélgica de momento, sigo creyendo que esta realidad aun a
distancia, puede enseñarnos que no es cerrándole a la juventud los caminos
de esperanza y de progreso, como el eficientismo neoliberal ha pregonado,
que se lograra la vida en armonía, porque el futuro o es de todos o no
será de nadie esto ya no son palabras solamente porque si
Paris ha sido llamada en el pasado
La Ciudad Luz hoy cuando arde Paris, debemos
estar atentos a la lección antes de padecerla. |