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Cuando estuve en el
Primer Congreso de la Lengua Española,
celebrado en la hermosa ciudad de Zacatecas, México,
descubrí asombrado, que un alarmante número de hispanohablantes no está
muy seguro de cuál es el idioma de Puerto Rico.
Esta nota pretende aclarar esta duda.
TRASFONDO HISTÓRICO: En el siglo XIX casi toda
Hispanoamérica se liberó de
España, excepto Cuba
y Puerto Rico. En el 1898, tras la mal
llamada guerra Hispano-Americana
(Hispano-Estadounidense), los norteamericanos se quedaron con
Puerto Rico como botín de guerra. De
inmediato impusieron el inglés como único idioma oficial de la nueva
colonia. El nombre del país, incluso, cambió a Porto
Rico. El gobierno, de generales y civiles norteamericanos, operaba
en inglés. El sistema escolar enseñaba en inglés desde el primer grado.
Niños de seis años de edad, tanto de la ciudad como del campo, debían
recibir instrucción en inglés.
Claro, los puertorriqueños no hicieron caso. Los maestros daban las clases
en español y sólo cambiaban al inglés (con la complicidad de los
estudiantes) cuando alguno de los supervisores gringos se asomaba al aula
o salón de clases.
En el 1948, tras una larga lucha de cincuenta años que no tengo espacio
para contar, los gringos se dieron por vencidos. Aceptaron el español como
idioma dizque co-oficial y permitieron que el sistema educativo regresara
al español. Los gringos simplemente oficializaron la
realidad, porque el idioma de un país no se cambia por decreto.
La situación de los puertorriqueños que han emigrado a
Estados Unidos es otra. Al igual que los
mexicanos, dominicanos, colombianos y demás latinoamericanos emigrantes,
la lengua que hablan ha sufrido cambios. Pero el tema que hoy me ocupa es
el español hablado en la Isla de Puerto Rico.
HISTORIA INMEDIATA: A fines de la década del 80,
Rafael Hernández Colón, gobernador
autonomista de Puerto Rico, decide eliminar
al inglés como idioma co-oficial y anuncia que la única lengua de
Puerto Rico será el español, aunque el inglés
seguirá enseñándose como lengua extranjera, al igual que en otros países.
La comunidad hispánica del mundo, con sobrado motivo, celebra la acción de
Hernández Colón.
España, por ejemplo, nos otorga (al Pueblo de
Puerto Rico) el Premio Príncipe de Asturias
por nuestra defensa del español. No se olvide que nuestro enemigo es el
imperio más poderoso de todos los tiempos y que nosotros, en cambio, somos
el país más pequeño de Hispanoamérica, un poco más chicos que
El Salvador.
Bueno, unos pocos años después, en el 1992, un anexionista recalcitrante
gana la gobernación de Puerto Rico.
Absolutamente histérico, lo primero que hace al llegar a
La Fortaleza (residencia oficial de nuestros
gobernadores) es volver a designar al inglés lengua co-oficial de
Puerto Rico.
Eso fue todo lo que pasó. Un decreto. Una ley. Cosas que ocurren sobre el
papel.
ACTUALIDAD: La noticia de la restitución del inglés como lengua co-oficial
ha creado gran confusión fuera de Puerto Rico.
Al no conocer su mero carácter burocrático, algunas personas han pensado
que el español se dejó de hablar o que se impuso al inglés como lengua
única obligatoria.
La lengua de Puerto Rico es y será siempre
el español. Estamos, eso sí, bajo un fuerte ataque de los gringos que
quieren que hablemos inglés. Somos el único país de
Hispanoamérica que todavía es colonia. Necesitamos el apoyo de
todos los hispanohablantes. Somos el hermano menor que pasa por un momento
difícil; sin embargo, como no tenemos representación diplomática propia, a
menudo la comunidad hispana del mundo nos excluye de actividades a las que
debemos asistir por derecho propio, como es el caso de las cumbres de
jefes de estado ibero-americanos. La poca representación que tenemos en el
mundo es vicaria, por medio de los hermanos cubanos, que nunca nos han
olvidado. Desde que se otorgó el Premio Príncipe de
Asturias también hemos visto un fuerte apoyo de la prensa española.
A ambos les damos las gracias.
El español de Puerto Rico está vivito,
coleando y dando candela... como decimos los puertorriqueños. Todos los
días luchamos para que siempre sea así. ¿Cómo pueden ayudarnos los demás
hispanohablantes?
Háganle saber al mundo que en Puerto Rico el
español sigue vivo y en lucha, porque es la verdad.
Incluyan a Puerto Rico en todas la
actividades que atañen al mundo hispano, porque somos hispanos.
Conozcan en lo posible nuestra literatura e inclúyanla en sus antologías
de literatura hispanoamericana, porque somos hispanoamericanos.
Envíen copia de este artículo a todos sus amigos, para que se enteren.
Muchas gracias. |