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1043 • CONOCIMIENTO ES PODER |
Martes, 15 de marzo de 2005 |
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El primer sistema de patentes para proteger la
propiedad de las invenciones fue creado, hace casi cuatro siglos, por sir
Francis Bacon. A Bacon
le gustaba decir : "El conocimiento es poder" y
desde entonces supo que no le faltaba razón. La ciencia universal poco tiene de universal, está objetivamente confinada entre los límites de las naciones avanzadas. América Latina, no aplica en su propio beneficio los resultados de la investigación científica por la sencilla razón de que no tiene ninguna y en consecuencia se condena a padecer la tecnología de los poderosos, que castiga y desplaza a las materias primas naturales pero no es capaz de crear una tecnología propia para sustentar y defender su propio desarrollo. El mero transplante de la tecnología de los países adelantados no solo implica la subordinación cultural y en definitiva, también, la subordinación económica sino que además después de cuatro siglos y medio de experiencia en la multiplicación de los oasis de modernismo importado en medio de los desiertos del atraso y de la ignorancia, bien puede afirmarse que tampoco resuelve ninguno de los problemas del subdesarrollo. Esta vasta región de analfabetos invierte en investigaciones tecnológicas doscientas veces menos que lo que invierte Estados Unidos. El subdesarrollo latinoamericano no es una etapa del desarrollo, sino la contrapartida del desarrollo ajeno, la región progresa sin liberarse de la estructura de su atraso y de nada vale. Las universidades latinoamericanas forman en pequeña escala matemáticos, ingenieros y programadores que de todos modos no encuentran trabajo sino en el exilio: nos damos el lujo de proporcionar a los Estados Unidos nuestros mejores técnicos y los científicos más capaces, que emigran tentados por los altos sueldos y las grandes posibilidades abiertas en el norte, a la investigación. Por otra parte, cada vez que una universidad o un centro de cultura superior intenta, en América Latina, impulsar las ciencias básicas para echar las bases de una tecnología no copiada de los moldes y los intereses extranjeros, un oportuno golpe de estado destruye la experiencia bajo el pretexto de que así se incuba la subversión. El cerebro electrónico aplica infalibles métodos de cálculo para estimar costos y beneficios y así América Latina importa técnicas de producción diseñadas para economizar mano de obra aunque le sobre fuerza de trabajo y los desocupados van en camino de constituir una aplastante mayoría en varios países. | |
EDUARDO GALEANO |