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EL CUENTOMETRO DE MORT CINDER

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58 • UNA A LA VEZ

 

Lunes, 29 de octubre de 2001

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Cierto día, caminando por la playa reparé en un hombre que se agachaba a cada momento, recogía algo de la arena y lo lanzaba al mar. Hacía lo mismo una y otra vez. Tan pronto como me aproximé me di cuenta que lo que el hombre agarraba eran estrellas de mar que las olas habían depositado en la arena, y una a una las arrojaba de nuevo al mar. Lo interrogué sobre lo que estaba haciendo, a lo cual me respondió:

-"Estoy lanzando estas estrellas marinas nuevamente al océano. Como ves la marea es baja y estas estrellas han quedado en la orilla. Si no las arrojo al mar morirán aquí por falta de oxígeno."

-"Entiendo -le dije- pero debe haber miles de estrellas de mar sobre la playa. No puedes lanzarlas a todas. ¡ Son demasiadas !
-"Quizás no te des cuenta 
-agregué luego- pero probablemente esto sucede en cientos de playas a lo largo de la costa. ¿No estás haciendo algo que no tiene sentido?"

El nativo sonrió, se inclinó, tomó otra estrella marina y mientras la lanzaba al mar me respondió:

-"¡¡ Para ésta sí lo tuvo !!"

Estrella De Mar

Cada mail de estos es una estrella que se arroja al mar...
En este mundo complicado, trastocado, acelerado, equivocado... un gesto de ternura y solidaridad no alcanza.
Poco puedes hacer para solucionar las penas del mundo, pero mucho para ayudar en el pedacito del mundo que te toca.
Si alguna vez a través de estos mails, sonreíste, lloraste, te emocionaste o reflexionaste, entonces eres una de esas estrellas que ha vuelto al mar a contarle a las otras que la bondad aún existe, que de los momentos límite también se sale y que todavía existen seres que creen en los demás.

Si algo así te sucedió, reenvíalo a tus amigos, tal vez con algo tan simple como esto, podamos despertar.


DP