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29 • FILO DE LEÑADOR |
Martes, 25 de septiembre de 2001 |
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Es terrible mi triste vida de leñador. Sabes hermano... volver a mi pobre casa con el cansancio de mil siglos sobre mis crujientes espaldas a encontrarme con el despiadado grito de miseria de mis pobres hijos y con lo que mas desgarra mi corazón agonizante... las lágrimas de ellos, de mi mujer y la soledad que me duele como una flecha ardiendo bajo las venas. Y todos los malditos días lo mismo. Ayer... Ayer, cambió todo para mí. Ante el angustioso llamado de mis hijos hice un supremo esfuerzo y les preparé un suculento (aunque humilde) almuerzo. Logré así que apaguen su terrible hambre... maldita sea la pobreza, maldita maldita
sea la ambición, maldita sea... |
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Original (1969) |