Click para ir al número anterior

ANTERIOR

EL CUENTOMETRO DE MORT CINDER

SIGUIENTE

Click para ir al número siguiente

578 • PARENTESCOS

 

Miércoles, 6 de agosto de 2003

Al índice

Click para ir al índice

 

Señor juez:

No culpe a nadie de mi muerte, me suicido porque si viviera dos días más, ya no sabría quien soy.

Verá Ud., tuve la desgracia de casarme con una viuda. Esta señora viuda tenía una hija casadera, y mi padre se casó con ella; para mi perdición. De modo que mi esposa pasó a convertirse en suegra de su suegro, mi hija se convirtió en mi madre y al mismo tiempo mi padre era mi yerno.

Poco después mi madrastra trajo un niño al mundo, que sería mi hermano, pero a la vez era, nieto de mi mujer, por lo que yo era el abuelo de mi propio hermano. Con el correr del tiempo mi mujer tuvo un hijo, que como era hermano de mi madrastra, era cuñado de mi padre y tío de su hijo. Mi mujer, por lo tanto, era suegra de su propia hija. Yo, en cambio, soy padre de mi padre y mi padre y su mujer son mis hijos, por lo que ya soy el padre de mi padre, mi madre y mi hijo son hermanos, mi mujer es mi abuela, ya que es la madre de mi padre, así que yo soy mi abuelo.

Ya ve, señor juez, me despido de este mundo porque no sé ni quien soy.

Firmado: Mi abuelo.

Colaboración Club Telepolis