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409 • IN MEMORIAM

Martes, 14 de Enero de 2003

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Los que no me conocéis os sonará raro este comienzo.
Los que sabéis de mis sentimientos no os sorprende que desee dejar un pequeño recuerdo hacia alguien (un indefinido muy concreto y querido) que dejó y se deshizo en vida por alentar, cuidar y defender una familia.
¡Qué tres hijos me has dejado en compañía!
Sé que hay muchos casos similares, parecidos o de mejor recuerdo aún.
Pero cada uno acaricia y besa lo que ama y tiene frente a sí porque esa elección ha deseado y querido.
Cuando le apartan a uno bruscamente de la persona con quien día a día va de la mano y al unísono y se le queda la mano en el aire sin sentir en el otro extremo sangre y sobre todo sentimientos e ilusiones todo se derrumba.
Parece detenerse la circulación sanguínea, ya que la de los sentimientos se rompe y resquebraja y queda sin ese vaso comunicante que hace revivir y brotar infinidad de aleteos totalmente vívidos y soñadores.
Dejaste (¿acaso te fuiste?) cuatro seres deseosos de tu cariño y amor.

Nuestros labios ya no podrán cantarte, decirte y hacerte lo que les gustaría.
Sin embargo, el corazón hablará por ellos, sin ruidos, sin sonidos, muy quedamente.
Faltará tu respuesta, tu empuje .... tu presencia.
Pero, sobre todo, faltará tu sonrisa alegre y tu ternura.
Y a pesar de tu física impresencia sigues presente donde nadie podrá separarte con la brusquedad con la que de nuestro lado te alejaron.
No podrás vivir en el recuerdo pues sólo se recuerda lo pasado.
Tú, anidas y calientas nuestro corazón ligeramente roto.
Porque vives y aún sigues caminando de mi mano.

JESÚS LÓPEZ MERINO
Colaboración Cayo Mecenas