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335 • LOS REFUGIADOS

 

Sábado, 19 de octubre de 2002

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Los sucesivos conflictos árabe-israelíes han dado lugar a la existencia de un importante contingente de palestinos refugiados en su propio territorio o en el extranjero. De los siete millones de palestinos que viven en el mundo, cuatro millones se encuentran fuera de su tierra. Para atenderlos, en 1949 se aprobó la creación de la Agencia de Socorro y Trabajos de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), que asume competencias en materia de prestaciones sociales, vivienda, sanidad y educación. El número de palestinos refugiados registrados por la UNRWA, muchos de ellos sin ningún tipo de documentación, ha crecido desde los 914.000 de 1950 a los casi cuatro millones. Un tercio de ellos, más de un millón, viven en 59 campos repartidos entre Jordania, Líbano, Siria, Gaza y Cisjordania. Además, se estima que existen unos 335.000 desplazados sin registrar.

Registro de refugiados palestinos de la UNWRA (julio 2000):

Territorio

Registrados Campos En campos Fuera de campos % fuera de campos

Jordania

1.570.192

10

280.191

1.290.001

82.16%

Líbano

376.472

12

210.715

165.757

44.02%

Siria

383.199

10

111.712

271.487

70.85%

Cisjordania

583.009

19

157.676

425.333

72.95%

Gaza

824.622

8

451.186

373.436

45.29%

Total

3.737.49

59

1.211.480

2.526.014

67.58%

Casi todos los países receptores han concedido a los palestinos un estatuto de temporalidad como medida de presión hacia Israel, lo que les ha convertido en apátridas. Sólo Jordania otorgó la ciudadanía a los palestinos de Cisjordania, ya que su intención era crear la Gran Jordania anexionándose ese territorio cuando Israel lo evacuara. Sin embargo, la renuncia de Ammán a Cisjordania en 1988 significó la retirada de los pasaportes jordanos a los palestinos de ese territorio. Así, la situación de los refugiados varía mucho por países:

  • Líbano: La población y los gobernantes consideran a los palestinos culpables de la guerra civil (1975-1990) y de la ocupación israelí del sur del país, lo que se traduce en enormes dificultades para obtener la residencia y la propia Constitución, aprobada 1990, les prohíbe conseguir la ciudadanía libanesa. Además, existen restricciones en el tipo de empresa para la que pueden trabajar, lo que se traduce en una tasa de paro de un 80%.
  • Jordania: Es el polo opuesto. Los palestinos están muy integrados en la sociedad debido a su peso demográfico y a la postura de la monarquía jordana en el conflicto. A pesar de tener pasaporte jordano, se sienten discriminados frente a los nativos, que temen que su país se convierta en una Palestina II. En este sentido, los refugiados han acogido con esperanza la llegada al trono del príncipe Abdallah, casado con una palestina.
  • Siria: Es el caso intermedio: igualdad en el trabajo y la educación, pero no en los derechos políticos. Además, tienen limitado el derecho a la propiedad y a la circulación.
  • Gaza y Cisjordania: La creación de la Autoridad Palestina ha beneficiado a este contingente, ya que se ha desviado a la zona gran parte de los recursos que antes se empleaban en los campos de países colindantes. Sin embargo, la pobreza y la falta de infraestructuras es acuciante.
  • Refugiados de interior: Cuando se hace referencia a la cuestión de los refugiados, se olvida que también hay palestinos que viven dentro de las fronteras de Israel —un 20% de la población—. Son la descendencia de aquellos que no quisieron irse, un sector que ha sufrido el olvido de la comunidad internacional y la marginación de las autoridades israelíes. Aunque muchos son ciudadanos israelíes de pleno derecho, otros son apátridas que se agruparon en aldeas conocidas como poblados refugio, no reconocidas y que no aparecen en los mapas.

Los principales problemas a los que se enfrentan los palestinos en el exilio son:

  • La obtención de documentos que prueben su estatuto de refugiado.
  • La imposibilidad de regreso para los que huyeron de zonas incorporadas a Israel (como los palestinos de Líbano que escaparon de Galilea)
  • La apuesta del Plan Clinton por la compensación económica a cambio de la renuncia al regreso para la mayoría de ellos.
  • La negativa de los países receptores a asumirlos para siempre.

El interés de la propia ANP en que los refugiados en zonas lejanas se queden donde están para no complicar más la difícil situación económica.


De una nota original aparecida en el Diario El País de Madrid