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1079 • EL DEDO DE WENDY'S

 

Miércoles, 4 de mayo de 2005

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Es la clase de misterio que hubiera fascinado a Charlie Chan, el impávido detective chino de la policía de Honolulú, inventado por Earl Derr Biggers, cuyas películas se pasaban de a tres en los cines de barrio, allí por los años 50. Los hechos sucedieron así: el pasado 22 de marzo, Anna Ayala, de 39 años, una residente de Las Vegas que visitaba a su familia en San José, California, se sentó a comer un guiso de ají picante en un restaurante de la cadena Wendy´s cuando, súbitamente, según su propio testimonio, mordió algo que "parecía duro y crocante". El bocado resultó ser la parte superior de un dedo anular, probablemente femenino, conclusión a la que se llegó después de advertir que la uña tenía hecha la manicura.

Como es fácil imaginar, el hallazgo desató un frenesí periodístico. Movilizó a la policía y al FBI, y sacudió como un mal sueño a todos los niveles de la conducción de Wendy´s. Las preguntas fundamentales eran: ¿a quién pertenecía el dedo? ¿Correspondía a una persona viva o muerta? ¿Cómo había llegado al guiso de ají picante? Naturalmente, el truculento episodio tuvo un efecto inmediato de desalentar a la gente a sentarse a disfrutar de una hamburguesa como si nada hubiera pasado. En un mes, las ventas de Wendy´s en la región del norte de California cayeron entre un 25 y un 50 por ciento.

Mientras los médicos forenses trataban de determinar el ADN del dedo y el FBI comparaba la huella digital con las 50 millones de muestras dactiloscópicas de su base de datos (los resultados dieron negativos), los expertos en relaciones públicas de Wendy´s trataban de encontrar una respuesta que permitiera controlar el progresivo daño a la reputación de la empresa. La pesadilla se agudizó cuando los diarios publicaron una foto del famoso anular y la historia se convirtió en parte del repertorio de chistes de los comediantes de TV.

Lo primero a lo que se abocó el equipo especial de investigación organizado por Wendy´s fue a determinar si alguno de sus empleados, en los 6600 locales de la cadena en Estados Unidos, había perdido un dedo. Al mismo tiempo, se ofreció una recompensa de 100.000 dólares a cualquiera que pudiera aportar información concluyente que permitiera identificar al propietario o propietaria del solitario anular.

Entretanto, la policía comenzó discretamente a investigar a Anna Ayala, la mujer en cuyo guiso había aparecido el dedo. Uno de los factores que la hacían sospechosa era el que tuviera una historia de litigios que incluían haber cobrado una respetable suma en un arreglo extrajudicial por una demanda que alegaba que su hija se había enfermado comiendo en un restaurante de la cadena El Pollo Loco, en las Vegas. El lunes 28, Ayala se presentó junto con su abogado en el programa "Good Morning America"; allí, contó detalladamente su encuentro con el misterioso anular.

Finalmente, el jueves último, la policía arrestó a Ayala y la acusó de fraude. Al mismo tiempo, Wendy´s dio por terminada su investigación interna, anunciando que se había comprobado que todos sus empleados tenían sus dedos consigo y que el misterioso anular no había llegado al guiso a través de la cadena de producción de la empresa. Todo lo cual no termina de resolver el enigma de a quién pertenecía el dedo y cómo llegó a nadar en el guiso, o como diría Charlie Chan, en uno de sus famosos refranes heredados de sus antepasados, "dueño de cara no siempre puede ver su nariz".

MARIO DIAMENT
Diario La Nación 23-ABR-05